El asistir a presenciar una corrida de toros siempre genera un cumulo de emociones sobre lo que puede llegar acontecer y surgen varias preguntas: ¿cuál será el juego de los toros? ¿quién triunfará? ¿qué suertes con capote se pondrán en práctica?, entre muchos otros cuestionamientos, ya que la Fiesta Brava tiene eso, la improvisación, nada está escrito, no existe un guion al cual darle seguimiento, sino que las cosas fluyen de manera natural, combinando los aromas, los colores, los sabores, la pasión, las molestias, las angustias y hasta el miedo, pero todo esto se remata cuando una plaza de toros se abarrota de aficionados deseosos de una tarde de toros triunfal.
Tal fue el caso vivido en el Lienzo Charro de Rincón de Romos, donde el rejoneador Andy Cartagena asumió el compromiso de triunfar, rindiendo los honores correspondientes al Señor de las Angustias, ante su primero, un toro que se quedaba corto y al que le costaba acometer, fue Andy quien con la experiencia que atesora y una extraordinaria cuadra de caballos que le permiten hacer lo que hace, metiéndose a terrenos comprometidos cosa que entusiasma y gusta al público.
El segundo le ayudó más, y de nueva cuenta no desaprovechó la oportunidad de hacer fiesta, arropado por la afición que se mantuvo pendiente de su actuación, así como la extraordinaria pega que realizaron los Forcados Amadores de México.
Diego Sánchez se llevó el toro de la tarde, con calidad, nobleza, fijeza, pero le faltó ese puntito de movilidad para que fuera un toro de bandera, Diego se relajó toreando por ambos pitones, olvidándose del cuerpo y toreando con el alma, en una verdadera conjunción de toro y torero, de esas faenas que nos gustaría ver de manera frecuente. Los trazos fueron largos y templados, con el sello de la casa, con unas meritorias y valientes manoletinas culminó su obra de arte, una faena de Puerta Grande, que finalmente fue premiada con una oreja.
Si Leo Valadez se fue de vació fue por el mal manejo de la espada, porque claro que también su actuación merecía ser premiada. Limpieza y variedad con el capote, con su primero tuvo un segundo tercio un tanto apurado, no así con el segundo, donde mostró las facultades que tiene para ello. Fue justamente ante su segundo toro, un buen ejemplar de la vacada de De la Mora, con mucha calidad y transmisión, una faena larga e interesante, con algunos apuntes toreros al bajar la mano. No encontró sitio con la espada por lo que el triunfo se le fue de las manos.
El aspirante a novillero Juan Miguel Sánchez abrió el festejo, vestido con traje corto, lidió un novillito ya no como el que había lidiado la semana pasada que aún era un becerro, este ya tenía su carita y un peso mayor, a decir verdad, nunca pareció que el compromiso le pesara al jovencito, por el contrario, se creció ante el resto de sus compañeros, bien toreando por verónicas con capote, lo mismo que estructurando tandas con la muleta.
Centrado, atendiendo las indicaciones de su tío, el matador Luis Fernando Sánchez, pero desarrollando y resolviendo de manera efectiva en el ruedo. Entró a matar sin miramientos para dejar una estocada entera, dos orejas ganadas de ley.
Ficha Rincón de Romos, Ags.- Lienzo charro. Corrida de feria. Lleno, en tarde fresca. Cuatro toros de
Monte Caldera, bien presentados (1o., y 4o. para rejones) de juego variado, y cuatro toros de
De la Mora, correctos en presentación y de buen juego, de los que destacó el 5o, premiado con la vuelta al ruedo y el 6o. por su calidad, respectivamente. El rejoneador
Andy Cartagena: Oreja y dos orejas.
Diego Sánchez (nazareno y oro): Palmas y oreja.
Leo Valdez (grana y oro): Palmas en su lote. Incidencias: El becerrista
Juan Miguel Sánchez abrió el festejo y cortó dos orejas.
Diego Sánchez dio una vuelta al ruedo con el ganadero
Luis Alberto Villarreal.