Una corrida con pocos tintes de emoción en los tendidos, la Monumental plaza de toros México se perfila hacia el 79 aniversario de su fundación, en el que la afición tardó en llegar, pero al fin hizo una entrada discreta en los tendidos para ser testigos de la primera corrida de la Feria de Aniversario.
En encierro de Pepe Garfias, que regresaba al coso de Insurgentes luego de una larga ausencia, dio al traste con el festejo al enviar un encierro justo en presencia y de juego deslucido, que provocó varios pasajes de tedio a lo largo del festejo.
Y únicamente el sevillano Borja Jiménez pudo sacar la cara ante el quinto del encierro, al cortar la única oreja del festejo, tras una faena apenas sin demasiado relieve, premiada más por su voluntad que por su trascendencia.
Los hidrocálidos, Juan Pablo Sánchez y Luis David Adame, no tuvieron la mejor suerte y se retiraron con las manos vacías de La México. El primero de Juan Pablo, "Ovejero", resultó ser también de embestida noble para la muleta, por lo que el hidrocálido esbozó una sonrisa de que algo bueno podría conseguirse.
Sin embargo, la falta de bravura del toro en sus embestidas, que fueron cortas, no dio oportunidad para verle por pitón izquierdo debido a su tardanza para acudir al engaño, por lo que el estético Juan Pablo apenas pudo ejecutar dos tandas de derechazos, con mimo, cuidando que el ejemplar no rodara por la arena. Mató de media estocada tendida y tres golpes de descabellos, para escuchar un aviso.
Su segundo enemigo, bautizado como "Don Pepe", también de recorrido corto, no dio prestaciones para su lucimiento, impacientando a los aficionados que acompañaron los intentos de faena de Sánchez con música de viento en los tendidos en señal de desaprobación al astado.
Unos muletazos en redondo que extrajo como prueba de voluntad, fue lo más sobresaliente de Juan Pablo en la tarde que terminó de dos pinchazos y descabello.
El sevillano Borja Jiménez corrió con la misma suerte ante su primer toro, que no tuvo transmisión y fue brusco en el inicio de la faena de muleta que, a decir verdad, no tuvo momentos memorables que recordar. Se retiró en silencio.
Dicen que no hay quinto malo, pero "Tabaco y ron", sin ser bueno, tuvo un poco más de transmisión que los anteriores del encierro, motivando que el torero sensación de la pasada temporada española, lograra instrumentar algunos muletazos cambiados por la espalda con intensidad, que generaron los tan esperados olés en el tendido.
Y aunque la faena careció de calidad, Borja Jiménez no cejó en su empeño de complacer al público con su esfuerzo. Mató de media estocada y, tras la petición de oreja, el juez Enrique Braun la concedió.
"Hechicero", el tercero de la tarde, estuvo a punto de llevarse los titulares de la prensa al brincar al callejón en su larga carrera desde que salió de toriles y llegó con su impulso casi hasta la primera barrera de sombra, deteniéndose solo con el cable tensor, ante el asombro y susto que provocó en los aficionados de las primeras filas.
En su caída hacia el callejón el toro se lastimó los cuartos traseros y fue devuelto a los corrales. En su lugar, "Guantero", el primer reserva, débil de remos, de poca transmisión y embestidas a media altura, y vino a confirmar la falta de casta y fuerza de todo el encierro.
Lo mejor hasta entonces había sido eso, el salto del toro lastimado y las verónicas de recibo que Luis David dio al sustituto, incluidos tres lances a una mano con los que llevó al toro hacia el caballo que agradaron al público. Posteriormente, se estrelló ante un enemigo falto de casta, por lo que lo mejor fue abreviar en su labor.
El toro que cerró plaza, llamado "Centauro", tuvo apenas recorrido, sin llegar a emplearse en la muleta, así que Luis David mató de estocada envainada y una entera para retirarse entre silencio y concluir una corrida sin el brillo esperado. Ojalá que el panorama cambie de cara y vengas cosas mejores en los próximos domingos de toros en la capital mexicana.