El 22 de agosto de 1971 Curro Rivera indultaba en Antequera, Málaga, a un ejemplar del Marqués de Domecq, el número 48, negro con bragas y "Melena" de nombre. Era la primera vez que un mexicano conseguía el perdón para la vida de un toro en España. Rivera ya le había cortado el rabo a su primero, y una vez retirado de la escena "Melena" tras una demostración de bravura y nobleza inagotables, del destazadero le trajeron dos orejas, un rabo y una pata, que paseó entre el delirio de un público legítimamente arrebatado.
Se les había atravesado el chilango a dos buenos toreros andaluces, Julio Vega “Marismeño” y José Luis Galloso, que esa tarde no pasaron de cobrar cada cual una oreja. Recuerdo haber oído referir al propio Curro que fue con aquel toro ideal del Marqués que dibujara por primera en España su circurret –ese redondo de 180 grados dejando deslizar la muleta por alto como remate para ligarlo sin la menor enmienda a varios de idéntico trazo, al que luego le pusieron allá el nombre de algún espada local–; y hablaba del delirio que se formó en el tendido como respuesta, mismo que se repetiría puntualmente en Madrid al año siguiente, el día de las cuatro orejas suyas y el rabo a Palomo Linares con caramelos astados de don Atanasio (22-05-72). Desde aquella tarde antequerana, ningún mexicano había vuelto a indultar en plazas españolas.
El difícil año de Joselito Adame
Como es de sobra sabido, la temporada europea del hidrocálido ha sido todo menos fácil. Preterido sin mayores explicaciones por las empresas luego de sus convincentes éxitos de Sevilla y Madrid, herido en Soria cuando al fin encontró un resquicio para manifestarse– y lo hizo de manera cumbre aquella tarde–, y refugiado en cosos franceses ante la falta de oportunidad en las ferias españolas, aprovechó el respiro agosteño para abrir la puerta grande en Málaga y, tras triunfar en sus contadas apariciones en plazas menores, se estrelló en Bilbao con un lote imposible de El Puerto de San Lorenzo, mientras un nutrido grupo de toreros de más cortos alcances se le iban por delante, aprovechando fechas y carteles donde mejor habría lucido el nombre del torero de Aguascalientes.
Esa rabia contenida la habíamos visto traducida en ciertas prisas y notorio desorden muletero durante las últimas apariciones de José, tanto en Bayona como en Albacete. Y conste que en el coso galo había cobrado el único apéndice arrancado a un destartalado y cornalón encierro de Garcigrande –alternando con Iván Fandiño y Sebastián Castella, que al contrario de otras "figuras" aceptó anunciarse al lado del hidrocálido--, y en la apertura de la feria castellana, organizada por Manuel Caballero, inequívoco mexicanófilo, salió en hombros tras desorejar a dos buenos mozos de La Quinta, luego que el agresivo abreplaza desmontara e hiriera gravemente al picador Marcial Rodríguez, de la cuadrilla de Eugenio de Mora (08-09-15).
"Hechicero", el toro del reencuentro
El pasado viernes se anunció en la Guadalajara española, enclavada en la Alcarria y cuya feria, si bien modesta, resulta siempre interesante, este insólito cartel: Pablo Hermoso de Mendoza, El Fandi y Joselito Adame, éstos dos con cuatro de Fuente Ymbro. El navarro no tuvo su tarde y el granadino, muy puesto y bullendo al máximo, se alzó con tres fáciles apéndices. Joselito, que había cortado una oreja del tercero, aguardaba con impaciencia la salida del último, “Hechicero” de nombre y con 474 kilos (tampoco "Melena" habrá llegado a la media tonelada: en peso ideal para embestir, pues).
Y el negro meano de Ricardo Gallardo a nadie defraudó. Y menos que a nadie al matador en turno, valeroso como siempre en los lances de recibo y en quites, y atento a cuidar la lidia de un toro cuyas fijeza y acompasado galope mucho prometían. Lo que siguió fue una obra mayor. Sin duda, la mejor faena de Adame en plazas españolas y una de las mejores de su vida. Y tal vez la más pulcra e inspirada de todas.
Una pureza de forma que no escondió al Adame personal y encastado de siempre, pues el inicio y el final –otorgado ya el indulto– los planteó de hinojos, pero para torear de verdad, con pulso preciso y cadencioso trazo. El resto, un recital de toreo en redondo por ambos pitones, en series generosas por cantidad y contenido, de un temple inmaculado y con derroche de sobria imaginación tanto en los inicios como en los remates: ora la doble capeína de ajuste máximo para empezar, ora el trincherilla zurdo o el saboreado pase de pecho para cerrar tanda, unas veces cargando la suerte y otras a pies juntos.
Si con la derecha se despatarraba para alargar y redondear los pases sin solución de continuidad, con la izquierda primó una naturalidad suprema y, en la apoteósica serie final, un toreo frontal tan deslizado y sutil que conforme se sucedían los pases derivó en toreo de perfil tan caricioso como ceñido. En todo momento se dieron la mano la inspiración y la técnica más depurada. Por algo, el cronista de Aplausos Íñigo Crespo enfatiza la "gran dimensión del torero mexicano" como clave para "lograr el perdón del bravo y enclasado toro de Ricardo Gallardo". Y José Miguel Arruego, en el portal Mundotoro, encabeza su crónica señalando que "Adame hechiza Guadalajara: faenón e indulto y a hombros con El Fandi". Le trajeron las orejas y el rabo y, antes de la salida por la puerta grande, los paseó entre un enjambre de chiquillos, se diría que igualmente hechizados por la mágica conjunción toro-torero.
Habrá que ver ahora si el empresariado reacciona en consecuencia, o puede más el celo de las "figuras" por seguir confinando a Joselito Adame a escasos carteles con predominio de segundones. Y no hablo solo de España, ya ven que en la México no hubo un pitón para él la temporada última, pese a que en la anterior había sumado, en cuatro tardes, ocho orejas. Una marca que ya quisieran para sí los consentidos que vienen a hacer la América, imponiendo condiciones impunemente.
A propósito de niños
Durante la semana circuló un video que recoge momentos de la exhibición de los alumnos de la Escuela Taurina de Salamanca en el coso de El Plantío. Niños y niñas toreando varios becerros con singular desenvoltura. Pero lo que conmocionó a cuantos asistieron o han visto la filmación fue la rotunda demostración de toreo auténtico y personalísimo de un chico de siete años, Marco Pérez, cuyo arte, intuición y expresividad en el manejo de capa y muleta, ante un tierno castañito de notable condición, son verdaderamente asombrosos. Si no lo ha visto, no se lo pierda.
Zacatecas y su doble feria
Lo que tenemos en puerta huele ya a temporada grande. Por lo pronto, la feria zacatecana se desarrolla tanto dentro como fuera de la plaza, pues si en el pétreo coso de la hermosa ciudad minera se anuncian carteles harto prometedores, la paralela feria taurino-cultural que los acompaña, preparada minuciosa y equilibradamente por Juan Antonio de Labra, es de auténtico lujo.
Vean si no: tras el pregón inicial, encomendado a la sapiencia de Luis Niño de Rivera, que mereció elogios unánimes, se instaló la hermosa exposición fotográfica del zacatecano Manolo Briones, seguida de un coloquio entre jóvenes toreros en el que intervinieron y discutieron sobre diversos e interesantes conceptos El Payo –triunfador de la feria de 2014–, Juan Pablo Sánchez y Arturo Saldívar a lo cual han seguido las presentaciones de varios libros2: el que Beto Murrieta dedica al arte pictórico de Pancho Flores, uno sobre torerillos de la legua (Re-cuentos de la tropa", su título, escrito por Gustavo Novoa "El Vidrios"), "Detrás del valor y el arte, Técnicas de lidia y ganadería", del criador de reses bravas Francisco Miguel Aguirre, "Piedras Negras: sitio, vida y memoria", de Carlos Castañeda, que cerrará el ciclo, y "Vida y lidia del toro bravo", de José Carlos Arévalo, que presentaremos a mediodía de este miércoles 16 de septiembre el propio escritor madrileño, el ganadero Manuel Sescosse y este columnista.
Agregue usted la exposición de sendos vestidos de torear de Manolete y Manolo Martínez, una plática de Juan Antonio Hernández sobre la contrastante economía del campo bravo mexicano, y la conferencia motivacional "Luces y sombras", a cargo del gran César Rincón, que viaja desde España exclusivamente para ser homenajeado en la corrida del día 16, víspera de su intervención estelar como conferencista.
Además, van a circular, tanto en el coso zacatecano como en los distintos sedes de los mencionados actos culturales, los siete números de La Gacetilla Taurina, una breve pero muy sustanciosa revista de distribución gratuita, distinta de las publicaciones similares que solemos encontrar en la México y otros cosos los días de corrida. Una idea de Juan Antonio de Labra, director de dicha revista y responsable de la organización global de este ciclo taurino-cultural, ejemplar por su redondez, variedad y calidad de contenidos e invitados.