Espectro Taurino: La grandeza de la Fiesta
Sábado, 09 May 2015
México, D.F.
Jorge Raúl Nacif | Opinión
El espacio de cada sábado
El pasado fin de semana en Aguascalientes nos recordó muchos de los motivos que nos han llevado a amar la Fiesta de los toros, cuya grandeza tuvo una expresión paradigmática debido a las intensas emociones que se suscitaron en el redondel de la plaza Monumental.
Y si de grandeza hablamos, lo primero es siempre el toro bien presentado, con su edad y su trapío, el que en muchas ocasiones no sale a las plazas. Pues bien, y aunque haya algunos que le ponen "pero" a todo, en las corridas del fin de semana anterior salió el toro con su presencia más que adecuada, acorde a la morfología que le permite desplazarse.
Edad y trapío, las dos características básicas en el toro que sale a una plaza, fueron ingrediente suculento para, junto con el buen juego de algunos de estos ejemplares, vivir tardes de alto calado sábado y domingo, mismas que sintetizan lo que representa el toreo... un sentimiento, otro de los elementos que engrandecen a la tauromaquia.
Y así se plantó en el ruedo José Tomás para torear bien de verdad, con reposo y hasta desmayo en algunos de sus trazos naturales, engarzando el desgarro de su alma. Zotoluco, aunque no cortó orejas, tuvo una actuación meritoria y de maestría, defendiendo su sitio con base en todo su bagaje.
Un día antes, el viernes, El Payo dio cuenta del gran momento por el que atraviesa, así como su sensibilidad. La corrida del domingo rompió esquemas y sin duda fue una de las tardes más completas de los últimos años. Emiliano Gamero demostró que es el mejor rejoneador mexicano en la actualidad y expresa mucho delante de los toros, con espectacularidad y mucha conexión con los tendidos.
La raza de El Juli quedó de manifiesto, así como la clase de Armillita IV. Lo de Diego Silveti fue sensacional, pues la faena a aquel toro de Fernando de la Mora, que a la postre fue indultado, ha sido la mejor que le hemos visto al torero de dinastía, pues se olvidó del cuerpo.
Diego toreó con el alma, sintiendo mucho para hacer sentir a los demás, entendiendo las condiciones del toro,acompañando siempre con la cintura, pulseando cada una de sus embestidas y relajándose cada vez más. Tan abandonado estaba que, en un descuido, el toro le pegó una cornada que pone en riesgo su participación el 14 de mayo en Madrid.
Este toro es el prototipo del llamado "toro mexicano". ¿Qué no es bravo? Un ejemplar que acude 80 veces a la muleta, humillado, rebosándose y volviendo con fijeza para el nuevo pase... no puede no ser bravo, por simple lógica.
Hay un aspecto que mencionó nuestro compañero Paco Aguado en el que a veces no nos percatamos del todo: "La bravura es de tracción trasera". Y es cierto; hay que fijarnos en la forma en la que el toro empuja con los cuartos traseros -con los riñones- al momento de embestir. Si no lo hace así, el toro lo que quiere es quitarse los engaños de enfrente, en un comportamiento defensivo y con genio. Y esto, aunque mucho lo confunden, ¡no es bravura!
Ahora, y tras la culminación el día de mañana de la Feria de San Marcos, se abrirá un paréntesis en la campaña mexicana, marcada por la época de lluvias. Voltearemos entonces la mirada a la parte fuerte de la temporada europea, donde los toreros de nuestra tierra buscarán seguir abriendo caminos.
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