La actuación de Joselito ante la prensa española
Sábado, 09 May 2015
México, D.F.
Redacción | Foto: Emilio Méndez
Se comenta el esfuerzo del mexicano ante la mansada
La mansedumbre de los toros de El Cortijillo y Hermanos Lozano unificó criterios de todos los medios que cubrieron ayer la corrida en Madrid, en los que se destaca la presencia de su majestad, Felipe IV, y el valor del salmantino Juan del Álamo, que cortó una oreja.
Antonio Lorca (El País):
Joselito Adame, mexicano de nacimiento, volvió a decir que no viene a este país de paseo. Muy firme en todo momento, seguro, aquilatada la figura, y con el viento en contra, le robó derechazos muy meritorios al dificultoso primero, y dejó claro que, aunque pequeño de estatura, era el jefe de aquel muy astifino marrajo. Incierto y birrioso fue el cuarto y se justificó sobradamente.
Zabala de la Serna (El Mundo):
Joselito Adame se las vio y deseó con un cinqueño de pavorosa cabeza. Y ese viento... Manso de pistón, arreón y genio. Y la muleta al albur de Eolo. Diferentes terrenos buscó. Desde los chiqueros, donde apretaba el alcurrucén de los pobres, los medios, donde apretaba el viento, y el «9», donde se aflojó el toro para que le dibujase la mejor serie. El pobre Joselito completó su bajío con un cuarto bajo como casi toda la corrida pero feo como sus muertos. Y así embestía. A taponazos. No descorcharán el champán de categoría y clase los Lozano; el cava cabezón de los pobres puede. O tampoco.
Andrés Amorós (ABC):
Joselito Adame cortó una oreja en Sevilla; es el diestro mexicano más acostumbrado al toro que aquí se lidia. El primero huye de los caballos, es manso encastado, arrea mucho. Molesto por el viento, el diestro lo prueba en varios terrenos pero sin éxito; sólo al final, algunos derechazos, aprovechando que ya embiste con menos violencia. Mata de lejos, con habilidad. El secreto de este «Barba azul» era la mansedumbre. El cuarto sale coceando de los caballos, se duele en banderillas; en la muleta, se mueve pero se desentiende, no transmite nada. Joselito aguanta, sin lucimiento, y mata caído. ¿Se habrá aburrido Don Felipe con tantos toros mansos? También en la política hay mansos y huidos; en los dos terrenos, hay que darles la lidia adecuada, castigarlos, no dejar que se vengan arriba... La noticia de la tarde ha estado en la barrera del tendido «1»: el Rey de España, Don Felipe, con su pueblo, en los toros. Como debe ser".
Patricia Navarro (La Razón):
Tampoco lo logró el mexicano Joselito Adame que abrió plaza. Qué ingenuos éramos entonces con ese primero que apretó mucho a los banderilleros. Se dejó el animal sin desprenderse nunca de esa punto de brusquedad y la muleta del torero, que sufrió además los estragos del viento, no sumó en la misma dirección que el toro. Cinco o seis veces fue el cuarto al caballo. Cinco o seis veces salió suelto sin querer entrar. No humilló después y en la continuidad de sus embestidas no hubo claridad. Lo intentó Adame pero la mansedumbre podía más.
Fran Jiménez (Aplausos):
Abrió plaza un toro bajo y bien hecho que manseó durante toda la lidia y embistió descompuesto, con brusquedad y temperamento. Estas condiciones apenas dejaron a Joselito Adame, molestado por el fuerte viento, estructurar una faena. Lo mejor, la estocada. Brindó la faena al Rey Felipe VI, que presenció el festejo desde una barrera acompañado por Dávila Miura y Palomo Linares. Deslucido resultó el cuarto, con un comportamiento como el de sus hermanos, con movilidad pero sin clase y de descompuesta embestida, con la cara alta. Joselito Adame se mostró voluntarioso y puso de su parte pero resultó imposible el lucimiento.
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