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Especial: Una suerte con sabor añejo

Lunes, 26 Ene 2015    México, D.F.    Jorge Raúl Nacif | Foto: Tadeo Alcina   
El baúl de los recuerdos, ayer en La México
Morante de la Puebla revivió ayer en la Plaza México una suerte que es muy inusual en nuestros días, como lo es la de apuntillar al toro cuando éste todavía se encuentra en pie, mortalmente herido, algo que el artista sevillano ha realizado en algunos cosos de España.

No fueron pocos los aficionados que por vez primera observaron la ejecución de esta suerte. Uno de los últimos toreros mexicanos que la realizó con frecuencia fue Jorge de Jesús "El Glison", que solía apuntillar a sus toros con propia mano una vez que éstos no doblaban.

Ésta fue una de las muchas suertes antiguas que El Glison mostraba dentro de su heterodoxa tauromaquia. Sin embargo, a diferencia de Morante de la Puebla, Jorge de Jesús apuntillaba de una forma más brusca y violenta; no obstante, el norteño fue todo un especialista en su ejecución.

La torería y empaque de Morante, incluso al apuntillar a un toro, generan que el público responda con el grito de "Olé", tal y como sucedió en la Plaza México el día de ayer.

Esta suerte forma parte de muchos otras que se han quedado en el pasado. Algunos grabados o láminas antiguas, así como fotografías hacia finales del siglo XIX, muestran al matador en turno apuntillando a su toro, en una imagen que el torero de La Puebla extrajo del baúl de los recuerdos.

Uno de los matadores que ejecutaba la suerte con gran eficacia y torería, fue sin duda el maestro Joselito El Gallo, que en ocasiones prefería no usar la espada para el descabello y apuntillaba directamente sus toros cuando no doblaban producto de la estocada.

También Rafael El Gallo llevaba a cabo esta suerte, e incluso lanzando la puntilla, lo que en varios apartados se denomina "a la ballestilla". Años antes, Rafael Molina "Lagartijo" ejecutaba la puntilla con el toro en pie, entre otros toreros, como se aprecia en dibujos publicados en "La Lidia", en la penúltima década del siglo XIX.

En la Ciudad de México, la ejecución de la suerte es perfectamente reglamentaria, con la condición de que el toro esté herido de muerte. Y es que, sobre esto, un fragmento del artículo 70 del Reglamento Taurino para el Distrito Federal, dice lo siguiente: "Previa autorización del Juez de Plaza, el matador podrá apuntillar a su toro cuando el animal esté herido de muerte".


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