A las recientes muertes de Germinal Ureña y El Padrino, ahora se suma la del gran aficionado Rubén Pérez, que falleció en Guadalajara como consecuencia de un infarto, hecho que ha causado sorpresa y pena al medio taurino local en virtud de la simpatía de que gozaba.

Rubén había nacido a principios de la década de los años cuarenta en Teocaltiche, Jalisco. A lo largo de su vida fue uno de los aficionados prácticos que más festivales torearon en toda la República Mexicana, y llegó a alternar con figuras del toreo de distintas épocas.

Asimismo, se distinguió como un buen juez de plaza en Guadalajara, Tlaquepaque y algunas otras localidades de Jalisco, y fue amigo de toreros y ganaderos. También procuró aconsejar y ayudar a muchos novilleros en sus inicios.

Desde aquí enviamos nuestras más sentidas condolencias a este aficionado exigente y conocedor, además de entusiasta. Descanse en paz.