Enrique Espinoza "El Cuate" voló esta tarde en un avión comercial desde Puebla a Monterrey, y de ahí fue conducido en ambulancia hasta su casa de Cadereyta de Jiménez, localizada a unos 30 kilómetros hacia el sureste de la capital de Nuevo León.

Un nutrido grupo de periodistas de distintos medios de comunicación se dio cita en el aeropuerto de Monterrey para recibir a Enrique, que, un tanto fatigado, comentó la felicidad tan grande que sentía de estar cerca de casa:

"Estaba deseando aterrizar en Monterrey y llegar a Cadereyta. Pensé que este momento no llegaría nunca, pues viví cosas muy difíciles en Puebla. Sé que la recuperación de esta cornada va a ser lenta y tengo que ser paciente. Me gustaría seguir toreando y vinculado a la Fiesta", dijo El Cuate.

Enrique será ingresado en una clínica privada de Cadereyta, conocida como "San Andrés", donde estará alrededor de una semana, ya que todavía no tiene movilidad en su pie derecho y debe permanecer bajo observación.

En el trayecto de Monterrey a Cadereyta, El Cuate viajó acompañado de su padre, Alberto Espinoza Garza, y requirió oxígeno suplementario para que su respiración se normalizara tras el esfuerzo que supuso el vuelo desde Puebla. Su estado de ánimo es muy halagador.