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Uno que se va y otro que llega (video)

Domingo, 09 Feb 2014    Guadalajara, Jal.    Juan Antonio de Labra | Foto: Memo Sierra           
Fernando Ochoa cortó una merecida oreja en Guadalajara
La segunda corrida de la temporada tapatía nos tenía deparado varias sorpresas agradables, como fue la emotiva despedida de Fernando Ochoa y el debut de Fermín Espinosa "Armillita", uno que se va y otro que viene; toreros que, en cierta medida, han mantenido un lazo afectivo por haber sido el padre de Fermín, apoderado de Ochoa durante unos cinco años.

De tal forma que por ahí comenzaba la historia de un festejo en el que la presencia de Pablo Hermoso de Mendoza concitó un importante número de público a los tendidos de una plaza donde el navarro se obliga a hacer un esfuerzo extra para triunfar. Y no siempre lo consigue.

Cabe destacar el buen juego de los dos toros de Fernando Ochoa, procedentes de la ganadería de Celia Barbabosa, y que permitieron al moreliano andar muy a gusto y sacar a relucir su bien aprendido oficio.

Y fue el quinto, de mejor condición que el segundo, por su duración y fondo, el que lo dejó estructurar una faena muy bonita, con pasajes de toreo largo y asentado, que le valió para compenetrarse con un público que estaba receptivo a esta última tarde de su honrada trayectoria profesional en un coso donde ha tenido algunos triunfos puntuales a lo largo del tiempo.

Con la planta relajada y el compás abierto, Ochoa corrió la mano a placer y aprovechó la nobleza del toro en distintos pasajes de una faena entonada y sobria, que la gente le coreó con fuerza.

Motivado con la actitud del público, Ochoa dejó constancia de su suavidad en muletazos tersos, templados, que tuvieron largueza y ligazón, y como mató de media estocada en todo lo alto, misma que hizo doblar al toro con prontitud, le entregaron una merecida oreja que paseó en una despaciosa vuelta al ruedo en la que bebió de distintas botas de vino y devolvió prendas de vestir.

Con ese buen ambiente que había dejado Fernando sobre la arena, y luego de y haber estado correcto con el primero de lidia ordinaria, un toro que duró un suspiro, Fermín Espinosa tuvo que emplearse delante de un novillo de regalo, de la ganadería de Santa Bárbara, pues antes, con los dos de Celia Barbabosa, tan sólo pudo mostrar detalles de esa calidad que le viene por genética, la de esta dinastía tan famosa, como es la de los Armillita.

Y fue en el séptimo cuando Fermín entendió que había que enfibrarse un poco más porque la gente estaba dispuesta a verlo. Primero hizo un quite por gaoneras y más tarde elaboró una faena muy seria, con pasajes por ambas manos, en las que realizó tandas de buen acabado y volvió a mostrar esa calidad que atesora.

La gente se metió en la faena y disfrutó el trasteo de Fermín, que se sobrepuso a su falta de rodaje, y acabó gustándose mucho toreando con ambas manos a un novillo que tuvo más cara y transmisión que los dos anteriores.

A la hora de matar –no había estado nada fino con la espada– colocó una estocada entera, en la que se entregó dando el pecho. El novillo dobló con prontitud y hubo una petición mayoritaria que no fue atendida por el juez de plaza. Al margen de este hecho, el público lo obligó a dar una aclamada vuelta al ruedo que el torero de Aguascalientes sintió como un triunfo, sobre todo en esta plaza, donde hoy toreo la segunda de las corridas mixtas en las que va a participar en las próximas semanas.

Y si el que se iba y el que llegaba entusiasmaron a la concurrencia, Pablo Hermoso sentó cátedra y cuajó una faena magistral al toro que abrió plaza, un ejemplar de Los Encinos que embistió sin celo pero con un buen tranco que dejó al navarro torear con un temple tremendo cuando montó a "Disparate", con el que volvió loco al público.

También lució mucho con "Viriato", que entregó el pecho en todos los embroques y metió la cara en medio de los pitones del toro para encelarlo, creando una estampa de torería y belleza que ahí queda.

A la hora de matar colocó un rejón de castigo arriba, un poquito trasero, que provocó derrame, algo que ya no gustó a los que minutos antes había jaleado la brillante actuación del navarro.
Igualmente esforzado estuvo Pablo con el cuarto, que embestía con la cara alta y sin emplearse en la grupo de sus caballos. A pesar de ello, le pisó el terreno con autoridad y le clavó banderillas muy vistosas, siendo el pasaje de las piruetas, montando a “Habanero”, la parte más significativa de su faena.

La temporada de la plaza "Nuevo Progreso" avanza con buen paso, y se espera que llegue a su clímax el próximo domingo que en que Julián López "El Juli" y Joselito Adame se enfrenten en el mano a mano con los toros de Los Encinos y Barralva, mismo que ha despertado una gran expectación.

Ficha
Guadalajara, Jal.- Plaza "Nuevo Progreso". Segunda de la campaña. Más de media entrada en tarde espléndida. Dos toros de Los Encinos, para rejones, desiguales en hechuras y juego (mejor el 1o. que el 4o.). Dos toros y dos novillos de Celia Barbabosa, bonitos de hechuras y de los que destacó, por su calidad y duración, el 5o. Un novillo de Santa Bárbara (7o. como regalo), manejable. El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza: Palmas en su lote. Fernando Ochoa (obispo y oro): Palmas y oreja. El novillero Fermín Espinosa (grosella y oro): Silencio en su lote y vuelta tras petición en el de regalo.


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