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Dos triunfos con distintos argumentos (video)

Sábado, 08 Feb 2014    Guadalajara, Jal.    Juan Antonio de Labra | Foto: Memo Sierra           
Alejandro Talavante cuajó una inspirada faena en Guadalajara
La tarde tenía muchos matices interesantes, sobre todo porque el cartel estaba conformado por cuatro toreros de muy diversa condición y estilo. Y al final, como suele ocurrir con espadas con gran capacidad, el triunfo sobreviene cuando salta un toro bueno.

En este sentido, la ganadería de Jaral de Peñas tuvo el mérito de haber completado, al "cinco para las cuatro", un encierro que pudiera sustituir al de Santa María de Xalpa que, lamentablemente, no pudo venir a una plaza donde ha conquistado importantes triunfos.

De esos ocho toros, desiguales en presentación y juego, destacaron tres, mismos a los que Sebastián Castella, Alejandro Talavante y Juan Pablo Sánchez, cuajaron las faenas de mayor calado en la tarde. El Payo, por su parte, pechó con los dos toros más deslucidos y no le quedó más remedio que pegarse un arrimón de quitarse el sombrero.

Así que de esas tras faenas tan distintas, se compuso una tarde que mantuvo el interés del público y que vivió una de los momentos más artísticos cuando Talavante confió en que el sexto ejemplar iba romper a embestir.

El extremeño se abandonó en una faena de las suyas, por inspirada y torera, en la que brilló su toreo al natural. Vamos, que Alejandro detuvo el tiempo con la muleta en la zurda, y giró lentamente sobre los talones para dejarle el engaño al toro debajo del hocico y hasta se dio el lujo de adelantar la suerte fracciones de segundo para deleitarse viendo como metía el morro el de Jaral de Peñas.

Y así, con este tempo tan especial, Talavante toreó para él; toreó como le gusta, haciendo gala de una gran improvisación en la que sin duda es su faena más redonda en este plaza.

Aunque la estocada fue defectuosa, pues tenía una travesía hacia el pitón contrario, el toro terminó doblando y la petición mayoritaria obligó a la autoridad a conceder una oreja, escaso premio a una obra de importante ejecución, pero malograda con el acero, que vino a reverdecer esta buena vibra que el extremeño proyecta en Guadalajara, una plaza que le sienta bien.

Juan Pablo Sánchez también llegó mentalizado a este compromiso, dispuesto a jugársela con alegría… y profundidad, como de hecho ocurrió con el cuarto toro, que si no tenía gran fuerza en sus embestidas, sí tenía transmisión y nobleza, lo que no desaprovechó el hidrocálido para abrir el compás y tirar del toro en muletazos soberbios, plagados de largueza y temple. ¿Se puede pedir más?

Asentado en las zapatillas, con gran seguridad en todo cuanto hizo, Sánchez alargó el trazo con la derecha y demostró, una vez más, que es un muletero nato al más puro estilo de los mejores que ha tenido la tauromaquia mexicana.

La gente disfrutó mucho el trasteo y se involucró en todo momento, pues percibió la sincera actitud de Juan Pablo y se apropio de ella para retribuirle con sus palmas.

La estocada con al que Juan Pablo despenó al toro de Jaral de Peñas fue ejemplar, pues se fue detrás de la espada con absoluta determinación y colocó una soberbia estocad que en sí misma valía una oreja. Al final, cortó esa oreja, valiosa, sin lugar a dudas, pues una oreja en esta plaza muchas veces tiene sabor de puerta grande.

Y si Talavante y Juan Pablo escribieron sus respectivos libretos, Sebastián Castella protagonizó una melodramática historia de amor-odio que un sector de la plaza, que primero le chilló, con el toro que abrió plaza, y más tarde se le entregó cuando el francés se enredó por la faja a un ejemplar que tenía movilidad y clase en la embestida.

La faena tuvo buenos pasajes, por intensos y ceñidos, en medio de la algarabía de un público que se había contagiado de ese humor de Sebastián, que toreó en un palmo, centrado y sereno, llevando al toro cosido siempre a los vuelos de la muleta.

Una estocad caída y tendida le privó del triunfo, y volvieron a meterse con él, lo que afectó su ánimo de cara a la lidia del quinto. Y cuando Castella, en un afán de conciliación, quiso brindar la muerte del toro, varios aficionados, de manera por demás grosera, le impidieron consumar el rito: Sebastián arrojó la montera a la arena, a varios metros de distancia, en señal de repudio  a esta manifiesta hostilidad.

Y poco después se puso a torear con mucha claridad de ideas, tratando de mantener fría la cabeza y el corazón caliente, ante un toro que acabo embistiendo sin calidad, de manera muy indefinida. A pesar de ello, Sebastián lo sometió con esa autoridad de figura del toreo. Otra vez la espada le jugó una mala pasada y todo el esfuerzo que había hecho se fue por la borda.

El Payo, como ya apuntaba líneas arriba, acabó sacando la casta con el séptimo toro, un ejemplar alto y descastado, al que le robó muletazo de excelente factura, y ya cuando se paró por completo el de Jaral, el queretano no tuvo empacho en meterse literalmente entre los pitones, situación que valoro el público que terminó reconociendo su desmedida afición.

El ambiente que quedó en la plaza invita a ver con mucho agrado la corrida de mañana, en la que hará su debut Fermín Espinosa "Armillita", en presencia de Fernando Ochoa, que se despide, y de Pablo Hermoso de Mendoza, que en esta plaza siempre tiene el triunfo como asignatura pendiente. Ojalá que los toros de Los Encinos para rejones y los de Celia Barbabosa para los toreros a pie, favorezcan la emoción del espectáculo en una plaza que "se cuece aparte".

Ficha
Guadalajara, Jal.- Plaza "Nuevo Progreso". Sexta corrida de la temporada 2013-2014. Media entrada en tarde espléndida. Toros de Jaral de Peñas, que sustituían a los de Santa María de Xalpa, disparejos en presentación y juego, de los que destacaron 1o., 4o. y 6o. Pesos: 465, 485, 470, 495, 510, 505, 500 y 480 kilos. Sebastián Castella (malva y oro): Silencio y división al saludar tras dos avisos. Alejandro Talavante (blanco y oro): Silencio y oreja tras aviso. Octavio García "El Payo" (azul purísima y oro): Silencio y ovación. Juan Pablo Sánchez (carmesí y oro): Oreja y palmas. Incidencias: Destacaron en varas Efrén Acosta hijo y Tulio Salgueiro, que fueron ovacionados; y en banderillas Gustavo Campos, que saludó.


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