Banners
Banners

Tauromaquia: ¿Indulto o segundo aviso?

Lunes, 11 Mar 2013    Puebla, Pue.    Horacio Reiba | Opinión   
La columna de este lunes en la Jornada de Oriente
Hace siete meses, el gobierno del estado de Puebla le solicitó a Juan Huerta Ortega –concesionario de la plaza de toros y cabeza de la empresa Protauro– la inmediata entrega del coso, rompiendo unilateralmente, y sin mayor explicación, el convenio existente entre ambas partes. Faltaban semanas para que éste venciera y el hecho desató una ola de rumores. Con el paso de los días, tomó cuerpo la certeza –nunca confirmada ni desmentida por el oficialismo– de que el gobernador Rafael Moreno Valle y su equipo habían decidido la demolición de El Relicario, cuyo terreno se destinaría a la construcción de un hotel de lujo, como parte del proyecto integral puesto en marcha en la zona de los Fuertes (Loreto y Guadalupe.)

Como el gobernador no acostumbra dar entrevistas a la prensa escrita, fue inútil intentar un pronunciamiento directo al respecto. Pero declaraciones de diversos funcionarios parecían confirmar que, en efecto, los días de El Relicario estaban contados. Inclusive, cuando alguien tanteó la posibilidad de organizar un festejo de despedida, la respuesta del gobierno fue negativa.
Noticia sorpresa.

La semana anterior, sin embargo, una noticia bomba sacudió al taurinismo local: el próximo mayo, Puebla tendrá su acostumbrada feria taurina. Y el escenario no será otro que mismísimo El Relicario. Fue la empresa contratada quien emitió dicha información, señalando que acababa de comprometerse con  el gobierno estatal para organizar media docena de festejos durante 2013, incluidas tres corridas de feria. Por lo demás, su boletín obviaba cualquier otra precisión, salvo la identidad de la propia empresa –Promotoreando, S. A. de C. V., que dirige Alejandro Martínez Vértiz– y las cifras escuetas de los festejos que ha organizado en sus cuatro años de vida: 47 corridas, 25 novilladas y ¡60 festivales!  Promete, eso sí, proporcionar los carteles en una rueda de prensa, sin fecha aún pero prevista para mediados del mes en curso.

Un rápido rastreo de las actividades de Promotoreando permite ubicar como uno de sus fundadores a José Manuel Espinosa, remonta el origen de la misma a diciembre de 2008 y deja bien sentado que su intervención como organizadora de festejos taurinos ha sido casi siempre con carácter de asociado de algún empresario local, en ferias y cosos de segundo orden.

Opacidad oficial
Por si el citado boletín no fuese ya bastante breve y enigmático, otro posterior, procedente del gobierno del estado y firmado por José Cabalán Macari –titular de la Secretaría de Administración Pública confirmaba que Promotoreando manejará El Relicario, afirmando que su designación se hizo conforme a lo establecido por "la ley y el instituto Registral y Catastral del Estado de Puebla"… pero añade, contradictoriamente, no haberle otorgando concesión alguna, pues el acuerdo se reducía a "la organización de tres corridas de toros".

En el colmo de la ambigüedad, el parte oficial puntualiza que El Relicario "no tiene un destino final", y que su uso será decidido "en beneficio de todos los poblanos, a través de empresarios que garanticen calidad, experiencia y legalidad en la organización de espectáculos".

Una auténtica joya de politiqués, ese lenguaje creado para no decir nada, cuya única razón de ser consiste en fomentar la incertidumbre.

Entre la contradicción y el autismo

Hablando de "calidad, experiencia y legalidad" –por usar los términos que figuran en la redacción del boletín del secretario de Administración Pública, está más que discutido y es universalmente sabido que la única ruta garante de espectáculos taurinos con unos mínimos de seriedad, empieza por dejar claramente sentadas las obligaciones básicas, tanto cuantitativas como cualitativas, de quien vaya a responsabilizarse del manejo de una plaza de toros  implícita está la necesidad de licitar, algo que ni remotamente se han planteado los dos últimos gobiernos poblanos, contraviniendo la ley vigente. 

El otro requisito indispensable consiste en concesionar el coso por un tiempo razonablemente largo, relacionado con la complejidad de la organización de corridas y novilladas, que entre otras cosas requieren la adquisición anticipada y cuidadosa de ganado idóneo, sin el cual no hay festejo que valga ni posibilidades de que el arte de torear florezca, y por tanto una plaza y su público adquieran categoría y susciten respeto.

En Puebla, estas sencillas consideraciones han sido expresadas reiteradamente a través de los años por diferentes medios, que incluyen mesas redondas y reuniones en las que estuvieron presentes autoridades de distintos niveles. Además, este columnista formuló, cuando el actual gobernador acababa de asumir la magistratura, una serie de preguntas relacionadas con su percepción del valor cultural de la Fiesta, las razones que hacen imprescindible licitar e incluso sobre el uso y destino previstos por él para El Relicario (La Jornada de Oriente, 7 de febrero de 2011). No hubo respuesta, y menos la tuvieron las tentativas –compartidas por otros colegas de tratar personalmente sobre el tema.  El silencio, qué duda cabe, es también una expresiva forma de respuesta.

Lo que se puede esperar

De momento, lo que nos queda es aguardar esa cita con los medios prometida para muy pronto por Promotoreando. Que, no obstante, ha anticipado la participación en su feria de mayo de Pablo Hermoso de Mendoza, Juan José Padilla y El Juli… sin añadir a éstos un solo nombre mexicano, lo que esperamos no suponga la presencia en algún cartel del matador-empresario Alejandro Martínez Vértiz.

Pero más allá de esta tácita muestra de confianza en el tirón taquillero de los tres españoles mencionados, que exhibe a sus posibles alternantes nacionales como poco dignos de la misma, la omisión de nombres mexicanos resulta, por lo menos, inoportuna. Pues analizada desde cualquier ángulo, la mejor forma de hacer hoy fiesta  en Puebla y en cualquier punto del país, tendría que basarse en un vigoroso despliegue publicitario, capaz de inducir en el público la certeza de que no habíamos tenido, en los últimos tiempos, tantos matadores emergentes con la capacidad expresiva y el férreo carácter de los Saldívar, Silveti, Mauricio, Payo, Spínola, Arturo Macías, Fermín Rivera, Joselito Adame, Juan Pablo Sánchez, Mario Aguilar y Sergio Flores, cuyos variados estilos y probada valía son una realidad que debe estimularse y enfatizarse sin melindres ni regateos. Y en primerísimo lugar por las propias empresas, que se supone basan su negocio precisamente en el poder de convocatoria de los toreros que anuncian. Y si fuesen mexicanos, mucho mejor, en todo sentido. 

Pero mientras el complejo de Malinche siga vivo; y mientras haya plazas y ciudades sujetas a la discrecionalidad de políticos más atentos al oportunismo electoral y al capricho de las redes sociales, el porvenir de la Fiesta en México seguirá estando en cuestión.

Ojalá…

Lo anterior no significa que una feria bien organizada, de desarrollo bendecido por los hados y con buena respuesta de público no sea lo deseable. Pues no habría un estímulo mejor para el futuro de El Relicario y de la fiesta de toros en Puebla. 


Noticias Relacionadas







Comparte la noticia