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Castella también triunfa en Ambato (fotos)

Domingo, 19 Feb 2012    Ambato, Ecuador    Juan Antonio de Labra | Enviado          
Cortó tres orejas en la primera corrida de feria
La plaza monumental de Ambato registró una de las mejores entradas de los últimos años, en una localidad donde ganó con rotundidad el "no" a la pregunta ocho de la consulta popular referente a la prohibición de la muerte del toro en el ruedo, y en la que existe una añeja tradición taurina muy arraigada entre las fiestas populares alrededor del carnaval.

De tal forma que el ambiente que se vivió en este coso que afora unas 11 mil personas de primera para ver una corrida entretenida y en la que Sebastián Castella salió a hombros, mientras que Diego Silveti dejó escapar el triunfo con la espada y el toricantano, Pablo Santamaría, cosechó un apéndice alentado por su público.

Cabe destacar la actitud de los toreros para entusiasmar al público, que disfrutó mucho distintos pasajes del festejo, y donde se escucharon algunas consignas de libertad, en una nueva demostración de que la fiesta de los toros en el Ecuador es una costumbre arraigada en el pueblo.

Y para quedar a tono con la expectación que había, Sebastián Castella, que es un ídolo en este país suramericano, se afanó en estar bien delante de su lote, compuesto por dos toros que dieron un juego diferente.

Al primero lo toreó con temple y girando sobre los talones, en series de buen acabado de una faena recia y valiente que coronó de una estocada eficaz para cortar dos orejas. Al cuarto, que no era fácil porque topaba, lo acosó en la corta distancia y le aguantó frenazos en un trasteo que tuvo ciertos altibajos.

A pesar de eso, el público alentó a Sebastián en todo momento porque percibía su entrega, y así fue como cortó otra oreja luego de haber manejado la espada con habilidad.

Diego Silveti sigue sumando adeptos entre la afición ecuatoriana, y poco a poco va entrando cada vez con mayor fuerza en el ánimo de los taurinos locales, que lo ven como un torero de mucha clase y personalidad que encaja en su preferencia.

El tercer toro fue el mejor de la tarde, porque se movió con mucha transmisión y calidad, y Diego lo aprovechó desde el capote al torear con suavidad a la verónica. Más tarde le hizo un quite por gaoneras que se lo jalearon con fuerza.

Desde el comienzo de la faena, el toro se arrancó con alegría para que el mexicano ejecutara unos sentidos estatuarios. Y la faena discurrió en los medios, con temple y calidad, hasta que el toro vino a menos y empezó a regatear las embestidas.

Cuando Diego intentaba levantar la emoción de la gente, citó para torear por bernadinas y el primer pase el viento lo descubrió, con tan mala fortuna, que el toro de Vistahermosa lo cogió feamente por el vientre y le propinó una fuerte voltereta.

Se levantó Silveti, maltrecho, pero sin mirarse la ropa, y decidido a abrochar la faena con unas manoletinas, en medio de gritos de ¡torero, torero! y una vibración especial con la gente. Pero no estuvo fino con la espada y se le esfumó el triunfo.

Pasó entonces a la enfermería por su propio pie para ser revisado y se corrió el turno para que pudiese recuperarse de la paliza antes de matar al sexto, turno que correspondía a Pablo Santamaría.

El toro que saltó a la arena en último lugar apuntó cosas muy bunas pero se lastimó la pata trasera derecha y no dio juego salvo en el templado toreo de capote del torero de dinastía, que ejecutó verónicas y delantales que remató con una preciosa larga. Diego le buscó las vueltas, mermado físicamente, y ya no hubo manera de enderezar la tarde.

El quiteño Santamaría no estuvo firme con el toro del doctorado, y se echó en falta mayor rodaje para entenderlo y torearlo. Así que en el quinto no dudó en apostar más fuerte ante un jabonero que fue manso en varas y terminó dejándose torear con la muleta.

El hijo del matador del mismo nombre, que hoy actuó bajo sus órdenes como banderillero de su cuadrilla, hizo una faena deshilvanada, pero alegre y variada, que remató de una buena estocada para que se le concediera la primera oreja de su carrera en el escalafón mayor.

La gente salió contenta de la plaza, y dispuesta a seguir reivindicando a la Fiesta con su presencia en esta feria, la segunda en importancia del Ecuador, busca posicionarse con más fuerza. Hoy se dio un paso hacia adelante con esta magnífica respuesta por parte de la gente no sólo de Ambato, sino de otros puntos del país que vinieron a los toros.

Ficha
Ambato, Ecuador.- Plaza “La Merced”. Primera corrida de feria. Más de tres cuartos de entrada en tarde nublada, con amenaza de lluvia, y ligeras ráfagas de viento. Toros de Vistahermosa, variados de pinta, disparejos en presentación, manejables en su conjunto, de los que destacó el 3o. por su transmisión. Pesos: 400, 412, 415, 451, 410 y 463 kilos. Sebastián Castella (azul celeste y oro): Dos orejas y oreja. Diego Silveti (blanco y oro): Palmas en su lote. Pablo Santamaría (pizarra y plata), que tomaba la alternativa: Ovación y oreja. Destacó en varas Cristóbal Guerra, que picó bien al 3º, y en la brega, Milton “El Diablo” Calahorrano. Silveti fue atendido en la enfermería de un corte en el meñique de la mano izquierda y un fuerte golpe en el bajo vientre. Santamaría tomó la alternativa con el toro "Gobernador", número 27, colorado hornero, con 400 kilos. Al finalizar el paseíllo le hicieron entrega a Castella de un reconocimiento.

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