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Spínola o la recompensa del reencuentro (video)

Domingo, 12 Feb 2012    México, D.F.    Jorge Raúl Nacif | Foto: Sergio Hidalgo           
Le tumbó el rabo a un magnífico toro de regalo de Los Encinos

Fermín Spínola ha cosechado con creces todo el esfuerzo sembrado en trabajo a lo largo de su carrera, pues triunfos como el de hoy en la Plaza México, en donde cortó un rabo en medio de la euforia colectiva, saben a gloria y tienen un significado muy especial por el reencuentro con este público.

Y justamente la gloria lo envolvió cuando los máximos trofeos llegaron a sus manos tras bordar una faena que caló hondo en los tendidos y que tuvo por cómplice un estupendo toro de Los Encinos lidiado como regalo, de nombre "Príncipe", ejemplar con tanta movilidad como transmisión, fijeza, nobleza y duración, siendo el segundo astado de esta ganadería en la presente Temporada Grande que es premiado con la vuelta al ruedo a sus despojos tras cortarle el rabo, pues Diego Silveti hizo lo propio con "Charro Cantor".

Dispuesto a triunfar en su regreso a La México después de un par de años de ausencia, Spínola recibió el ejemplar con tersas verónicas, para luego llevarlo al caballo por chicuelinas andantes. Y si bien es cierto que el burel no se empleó del todo en la suerte de varas, siempre fue a más y sus virtudes se potenciaron mientras se desarollaba la lidia.

Advirtiendo que estaba ante un ejemplar de los llamados de "bandera", Fermín brindó su faena a Pablo Hermoso de Mendoza, que tanto lo ha apoyado a últimas fechas. Y así, sereno pero ya deleitándose internamente, comenzó a templar con la mano diestra, alargando el trazo y respetando siempre el clasicismo de su estilo.

También por el pitón izquierdo tenía recorrido este magnífico ejemplar, aunque quizá no la misma clase, y Fermín pudo endilgar naturales de bella factura, rematados con el forzado de pecho. La faena terminó de romper en los muletazos en redondo, momentos con la diestra que parecían no tener fin, sobre todo cuando los ligó con una dosantina y otra más, pero cambiándose la muleta de mano al más puro estilo de Jorge "El Ranchero" Aguilar.

Ya con el público pidiendo con fuerza el indulto, llegó el momento de los adornos, como el molinete con la zurda, cambiados de mano y firmazos. Y aunque la presión era fuerte hacia el palco de la autoridad, Fermín jamás buscó el indulto, algo plausible dado que sabía la trascendencia de poder llevarse los máximos trofeos.

Derecho como una fecha fue tras la espada y dejó una estocada en magnífica colocación que reventó al de Los Encinos, premiado justamente con la vuelta al ruedo. Las orejas y el rabo, exigidos por el público en petición más que mayoritaria, llegaron a la espuerta de este torero que hoy tocó el cielo con las manos.

Los ejemplares de su lote, de la ganadería de La Soledad, fueron deslucidos y poco se prestaron para el triunfo, por lo que Fermín solamente pudo dejar algunos destellos en el redondel.

Una actuación importante, de maestría y garra, tuvo Pablo Hermoso de Mendoza, pues su lote de Los Encinos le puso complicado el tema. Su primero manseó desde salida y no fue fácil encelarlo, pero gracias a sus conocimientos lo fue metiendo en vereda, exponiendo mucho y destacando los quiebros a lomos de "Van Gogh" y la torería de "Ícaro". Una oreja valiosa pudo haber paseado de no fallar con el rejón de muerte.

Su segundo también presentó dificultades y se defendía de continuo, aunque transmtía más que el que abrió plaza. Pablo lo dejó sólo con un rejón de castigo y de inmediato montó a "Chenel", toda una estrella que le llegó muy de cerca al ejemplar para poder llevarlo toreado de costado, aunque sólo lo consiguió en un par ocasiones, pues el astado nunca terminó por entregarse.

Con "Dalí" logró momentos vibrantes, como un par de piruetas, sobre todo la segunda, en la que expuso de verdad y estuvo a punto de resbalar en una zona del ruedo floja y complicada. Tres banderillas cortas colocó con "Pirata" y el público estalló al cuajar en todo lo alto el par a dos manos.

Y ahora sí, Pablo fue efectivo con el rejón de muerte y el toro rodó rápidamente sin puntilla ante el júbilo de un público que se le entregó al navarro, que nuevamente demostró que es todo un maestro en el Arte de Marialva. La autoridad soltó pronto los dos trofeos y con ellos dio la vuelta al ruedo, dibujando una sonrisa "de oreja a oreja".

Aunque el triunfo no llegó para él, José Mauricio mostró de nueva cuenta que va retomando el camino y se encuentra en una muy buena etapa de su todavía joven carrera. Paciente fue con el primero que le correspondió, un ejemplar de La Soledad que fue tardo y se apagó pronto, para trazar momentos de buen calado. Con elegancia lo toreó por la cara para finiquitar su labor y, aunque pinchó, el público lo llamó a saludar cariñosamente desde el tercio.

El inicio de faena ante el sexto de la tarde hizo abrigar esperanzas, pues se dobló con torería y remató esta primera tanda con un cambiado de mano rodilla en tierra. Sin embargo, el trasteo vino a menos como a menos fue el toro, aunque Mauricio se notó tesonero y bien plantado. Estoico terminó con manoletinas y así, en el ánimo del público, pudo haber cortado una oreja de estar certero con la espada.

Ficha
México, D.F.- Plaza México. Decimosexta corrida de la Temporada Grande. Casi tres cuartos de entrada (unas 32 mil personas) en tarde nublada, con algunas ráfagas de viento y ligera llovizna a partir del 5o. Dos toros de Los Encinos para rejones (1o. y 4o.), complicados, y uno más de esta divisa como regalo (7o.), extraordinario, premiado con vuelta al ruedo. Cuatro toros de La Soledad, de esaso juego en su conjunto. Pesos: 480, 506, 480, 495, 540, 500 y 505 kilos. Pablo Hermoso de Mendoza: Silencio y dos orejas. Fermín Spínola (obispo y oro): Silencio tras aviso, silencio y dos orejas y rabo. José Mauricio (azul rey y oro): Ovación y palmas. Incidencias: Al finalizar el paseíllo se pidió un minuto de silencio a la memoria del picador Felipe Infante "El Tobi", fallecido en días pasados. Destacó en la brega Diego Bricio.


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