A pesar de estar evolucionando muy bien de la cornada sufrida ayer en la Plaza México, el novillero Paulo Campero se encuentra triste, mal anímicamente, dado que ya no pudo salir a matar a su segundo ejemplar en esta gran oportunidad de pisar el coso de Insurgentes.

Campero fue atendido en la enfermería de la plaza de una herida de 15 centímetros en la cara externa del muslo derecho, cornada limpia que llegó hasta el fémur. El novillero no requirió ser internado y se recupera en casa.

"Es una maravilla la cirugía taurina, pues en poco más de dos horas ya había sido operado y me recuperaba en casa. Voy evolucionando muy bien, pero me siento mal anímicamente debido a que solo pude matar ese toro y ya no me dejaron salirle a mi segundo, dejando pasar una oportunidad de este calibre en La México. Hay que aprender de esto y sobreponernos", explicó.

El novillero no recuerda bien el momento del percance, pero es consciente que la cornada fue resultado de un error técnico.

"La verdad no lo recuerdo bien, pero intuyo que me quedé atrás de la línea del novillo y le adelanté la suerte. Cuando abrí los ojos ya estaba yo en el suelo y me sujeté de los pitones, y en ese momento me sentí herido, me di cuenta que traía la cornada. Pese a ello, sentí la obligación de quedarme en el ruedo para intentar seguir toreando y, por lo menos, darle muerte a este primer novillo de mi lote", comentó.

Aunque no tuvo que ser internado, Paulo acudió esta mañana a curación y tendrá que hacerlo durante los próximos tres días, para entonces quedar listo y poder retomar sus entrenamientos de cara a lo que venga.

"Hoy por la mañana fui a revisión y la cosa va bien; la curación consistío en drenarme la zona, y asío tendrán que hacerlo por tres días más. Yo me siento listo y ya deseoso de retomar mis entrenamientos; afortunadamente no fue un percnace serio", sentenció.