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Desde el barrio: La "Defensa José Tomás"

Martes, 26 Jul 2011    Madrid, España    Paco Aguado | Opinión   
Una forma de ser que trasciende

La "Defensa José Tomás" podría ser el nombre de una apertura magistral de ajedrez, una de esas complejas combinaciones de movimientos con que los intelectuales del tablero prestidigitan sus fichas para ganar una partida en lo que se santigua un cura loco. Pero no es el caso. Tampoco se trata de ninguna estrategia preconcebida ni de ningún lobby organizado, sino de la consecuencia indirecta de la admirable filosofía de vida y obra de hombre singular.

La "Defensa José Tomás" se definiría como el descomunal efecto en pro de la Fiesta que provocan las apariciones de este torero de otro tiempo, de una leyenda vida de la tauromaquia que desborda todos los cauces mediáticos, económicos y sociales del espectáculo. Y su reaparición en Valencia fue el más clamoroso ejemplo.

El despliegue de medios no sólo taurinos fue sólo comparable al que provocan los más señalados eventos deportivos. Así como los grandes espacios que se le dedicaron en papel, radio, televisión e internet en los días previos y posteriores, en el antes, el durante y el después de la corrida, sumaron casi tantos impactos como los que provoca toda una temporada taurina en su conjunto.

Gracias a José Tomás, el toreo vuelve a conquistar momentáneamente su espacio en la prensa, justo cuando parecía desterrado y marginado. Para desesperación de antitaurinos, cada paseíllo del genio de Galapagar hace que se vuelva a hablar de toros en las tertulias, en los bares, en las calles de un país en proceso de interesada y política "destaurinización". Y, gracias a José Tomás, los grandes números de la Fiesta, esas macrocifras que hablan de ingresos, puestos de trabajo, impuestos y demás beneficios económicos, se hacen realidad palpable más allá del ideal y las elucubraciones.

Bastaba con pasear por Valencia durante esos dos o tres días para respirar ese ambiente de euforia, para saber que no quedaban camas en los hoteles y que apenas había mesas libres en los restaurantes, para ver como cada tren, cada avión, cada autocar y cada carretera iban descargando en la ciudad del Turia un aluvión de visitantes esperanzados y dispuestos a "retratarse" generosamente con tal de disfrutar del acontecimiento.

En estos duros y tristes tiempos de crisis por los que atravesamos los españoles, es maravilloso comprobar cómo un solo torero, es capaz de provocar tanta alegría económica no sólo en las taquillas de las plazas sino en la ciudad en la que se anuncia. Que tomen nota los políticos, los directores de los medios, las empresas taurinas y el toreo todo de lo que supone socialmente una Fiesta sana, y de cómo hay que defenderla.

Porque la "Defensa José Tomás" no se basa en fórmulas mágicas ni en sesudos estudios de mercado, sino en la más clásica de las actitudes toreras: la autenticidad y la entrega del hombre ante el toro. Porque así es como este arte encuentra toda su razón de ser, como provoca pasiones, como atrae a las masas. Como se hace indiscutible.

Lástima que, a tenor de lo visto el día anterior, sus compañeros figuras aún no se hayan percatado de por dónde van los tiros. Bien está que pidan ayuda y se agrupen para parar los ataques que amenazan el futuro de la Fiesta, pero siempre se dijo que la caridad bien entendida empieza por uno mismo.


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