Cuando se tiraba a matar al segundo ejemplar de su lote, Fernando Ochoa sufrió un fuerte golpe en la mano izquierda y pasó a la enfermería, donde se le diagnosticó una luxación en el dedo pulgar y fue necesario inmovilizarlo.

El parte médico, firmado por el doctor Rafael Vázquez Bayod, dice lo siguiente:

"Durante la lidia de su segundo toro, Ochoa recibió un palotazo en la mano izquierda ,que le originó luxación interfalángica media del dedo anular por lo que al término, paro a la enfermería de la plaza donde fue revisado de la luxación bajo anestesia regional. Ameritó aplicación de aparato ortopédico de inmovilización, el cual usará por dos semanas, al término de las cuales tendrá que rehabilitarse y podrá volver a torear en tres semanas".