El novillero queretano se sinceró antes de su reaparición en los ruedos este viernes 16 por la noche, en la plaza "Santa María", tras la gravísima cornada sufrida el 19 de octubre de 2008 en la plaza venezolana de San Cristóbal.

En su rostro aún se adivina una mezcla de sentimientos, nunca mejor dicho, encontrados. Por una parte el haber sentido tan de cerca la muerte, aún a su corta edad, y por la otra, ese deseo que impulsa a los toreros a vencer la adversidad y demostrar en el ruedo su vocación y ganas de ser.

El Canelo se mostró emocionado y hablando con el corazón en la mano ante los medios de comunicación en su tierra natal. Y tocó el tema de su reaparición en los ruedos en un festejo en el que sostendrá un mano a mano con el novillero español Pablo Lechuga, lidiando un encierro de Puerta Grande.

Sus palabras también denotan esa lucha, a la que hacía referencia Luis Procuna en la película "Torero", que libra el torero ante el público, el toro y ante él mismo.

"Seguramente sí, el viernes a la hora de estar en el ruedo seguirá habiendo dudas", dice de manera emotiva el novillero queretano, quien tras la grave cornada sufrida en Venezuela llegó incluso a plantearse su futuro vestido de luces.

Por supuesto, la mejor manera de responderse a sí mismo es frente al novillo, y es por esa razón que afirma "Quiero demostrarme si puedo estar frente al toro, ahí me daré cuenta".

Su alternante en el cartel, Pablo Lechuga, que regresa al ruedo de la "Santa María" después de dos festejos en el serial de Navidad, reconoce el esfuerzo de El Canelo y afronta la novillada -que forma parte de varias fechas que tiene firmadas para estos días en nuestro país- con deseos de hacerse un hueco en las preferencias de la afición y preparando su inminente campaña en ruedos de su España natal.