Jesús Solórzano y José Antonio Ramírez "El Capitán", compartieron un día campero en la ganadería de Santa Bárbara, propiedad de Javier Borrego, donde ambos artistas se recrearon y dejaron fluir sus espíritus aventureros, mediante un sentimiento tan natural como ellos mismos.

Y más que una "prepación o puesta a punto" para torear en la Plaza México el próximo domingo 17 de octubre, estos dos toreros de dinastía soltaron los músculos, intercambiaron sentimientos y sonrisas, disfrutaron a tope, y demostraron que el toreo también puede hacerse de otra manera.

Con 68 años, que tiene Chucho, y diez menos El Capi, dejaron sobre la arena pinceladas de un arte exquisito, porque los dos han mamado el toreo desde la cuna, y porque el concepto que atesoran es una cualidad digna de observar, un legado de escuela que se convierte en enseñanza para las generaciones actuales, y un regusto para los buenos aficionados.

A la par de ese no perder detalle de cada uno de sus movimientos, en el video filmado amablemente por el matador Mario Zulaica, se advierte la grandeza que tiene ese arte misterioso -a veces inaccesible para muchos- como es el arte del toreo. Así se haga en una monumental, o en la placita de tientas de una ganadería como la de Javier Borrego, donde ambos espadas se dieron gusto toreando las enclasadas becerras que picó con maestría Ignacio Meléndez.

Ahí quedan para el recuerdo las magníficas imágenes capatadas por nuestro coordinador de fotografía, Armando Landín-Miranda, así como un video que refleja el toreo eterno; el que esperemos ver todos los que asistamos a La México el 17 de octubre, no sólo a apoyar la causa noble de ayudar a los damnificados por el huración "Alex", sino ávidos de ver cuatro cosas bien hechas, con el sello de estos inconfundibles artistas: Toreros que se sienten y parecen toreros... toreros de toda la vida.