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Ruedo: Sentir sin oír

Miércoles, 07 Jul 2010    México, D.F.    Heriberto Murrieta | Récord   
La columna de este miércoles

En un medio taurino donde muchos se hacen como que no oyen con tal de no cortar de raíz los vicios más agudos de la Fiesta y seguir instalados en la comodidad, existe un torero que realmente no escucha, lo que representa una interesante paradoja.

Luis Conrado es un novillero singular que padece sordera total del oído derecho y parcial del izquierdo, en el cual utiliza un aparato auditivo. Tiene problemas de equilibrio y, por si fuera poco, le espera una operación de nariz, pues sufre una obstrucción en las fosas nasales que le impide respirar con fluidez. Surgido de la Escuela "Silverio Pérez" de la Asociación de Matadores, se presentó hace tres años en la Plaza Arroyo y toreó cerca de cincuenta novilladas bajo el apoderamiento del matador Antonio Urrutia.

Una vez en la ganadería de Jaral de Peñas, vivió esta anécdota: perseguido por un becerro a ruedo abierto, le gritaban pidiéndole que se tapara en el burladero, pero como tampoco advirtió las señas que le hacían con las manos, fue alcanzado por el eral, fallando el propósito de colocarlo durante una tienta de machos. El ganadero, al enterarse minutos después de los problemas de audición del muchacho, se enterneció y le brindó su respaldo. El domingo pasado, Luis se presentó en la Plaza México, donde causó una grata impresión. El honrado Conrado se olvidó de sus limitaciones y se entregó al sentimiento.

Viene a la mente Bergamín con aquello de la música callada del toreo. Para este joven beethoveniano no hay música que acompañe el ejercicio del toreo, pero milagrosamente se las ingenia para encontrar las claves del ritmo y el temple. Los olés, que motivan enormemente a los toreros y les confirman que van por el camino correcto en las faenas, apenas los percibe Conrado como un sonido difuso que pareciera salir de un tambo. Lee los labios y lee, como puede, las conductas de los toros. Si acaso escucha su propia respiración dentro de las entrañas que forman su personal caja de resonancia, y dan a su toreo una interioridad absoluta. El abandono, del que hablan los toreros; un abandono obligado por los sellos de clausura en sus oídos. El toreo es una experiencia sensorial, pero él torea como abstraído del entorno. Por eso tiene tanto mérito Luis, con sus tímpanos bloqueados y los demás sentidos potenciados…
 
Tres eventos

El viernes 10 de septiembre acudiremos a Tepatitlán, Jalisco, donde se realizarán tres eventos culturales taurinos, coordinados por nuestro amigo Octavio Casillas, ganadero de Cerro Viejo (de Lucila Franco) y La Concepción, y por la comisión taurina tepatitlense, a la cual pertenece. Recordaremos al valiente José González "Carnicerito de México", torero nacido en esa tierra, en un acto que tendrá lugar en la glorieta donde se encuentra su escultura. Este año se cumplirán 63 años de su trágico fallecimiento en la plaza de Villa Viciosa, Portugal, diecisiete días después del fallecimiento del célebre Manuel Rodríguez "Manolete".

Asimismo, rendiremos un merecido homenaje a Eliseo Gómez "El Charro", otro orgullo del toreo alteño, creador de bellas suertes de capote y muleta. Y por último, en la casa de la cultura del municipio presentaremos el libro "Instantes 2", con las fotografías de Pablo Esparza, quien ahora radica en España. Cecilia González Gómez, la primera mujer que llega a la presidencia municipal de Tepatitlán, por la vía de la elección popular, ha brindado un gran apoyo para la realización de estos eventos.

Felicitación

Doña Sofía Olea, madre de Rafael Herrerías, cumplirá este sábado 90 años de edad. Nació en 1920, justo cuando se reanudaban las corridas de toros en la Ciudad de México tras la prohibición decretada por el presidente Venustiano Carranza. Eran los tiempos en que Rodolfo Gaona triunfaba en España y Juan Silveti impactaba en México. Doña Popa, como se le conoce cariñosamente, tuvo seis hijos, tres hombres y tres mujeres. Durante muchos años se dedicó a servir banquetes y su gran pasión siguen siendo las corridas de toros, a las que asiste con entusiasmo renovado cada domingo. Le enviamos desde este espacio un beso afectuoso.

Adelante

Diego Silveti, la viva imagen de su padre, mostró firmeza en Pamplona, a pesar de la invalidez de su primer novillo y la dificultad de su segundo enemigo. No triunfó, pero en cada actuación en España nos confirma que tiene argumentos para llegar lejos, entre ellos el valor y la personalidad.


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