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Una gran herencia taurina y artística

Martes, 15 Jul 2025    Ags, AGS.    Alejandro Medina | Foto: LM     
Varios niños hidrocálidos desarrollan su talento pictórico
Muñecas rotas, manos ligeras, dedos sutiles y mentes inquietas. Así podrían definirse a estos jóvenes artistas originarios de Aguascalientes, quienes, estrechamente ligados a la fiesta brava, han encontrado en el arte plástico una vía para expresar su visión del mundo.

Y a través de trazos llenos de sensibilidad, sus obras nos invitan a mirar de nuevo, a redescubrir la tauromaquia desde la inocencia y la profundidad de la infancia.

La mirada de Alonso José

Nacido en el seno de una familia taurina, Alonso José comenzó a trazar sus primeras líneas inspiradas en el toro bravo desde los siete años. Su vínculo con la ganadería de San Isidro, situada en San José de Gracia, le ha permitido conocer de cerca el hábitat natural de este majestuoso animal.

Le apasiona representar al toro en su estado más puro: en el campo, lejos del bullicio de la plaza. "El momento de la suerte suprema es el que más me gusta", comenta, aunque admite que lo que realmente lo cautiva es la calma del animal en libertad. Uno de los toreros que más admira es el matador Héctor Gutiérrez, por su entrega y evolución constante.

Entre sus referentes artísticos figura Rafael Sánchez de Icaza, cuyas composiciones geométricas despiertan en él un interés particular: "No sé exactamente qué significan, pero me gustan mucho". También menciona con cariño a Curro González, a quien considera un guía cercano que lo ha aconsejado en más de una ocasión.

Sueña con dejar su huella en las plazas de su tierra a través de intervenciones artísticas, y algún día llevar sus cuadros hasta España. Para esta ocasión, Alonso presenta una pintura inspirada en una fotografía tomada en el campo, del toro número 212, lidiado en Guadalajara por el matador Antonio Barrera, al que le cortó una oreja.

La sensibilidad de Elena Cortina

Aunque lleva menos de un año incursionando en las artes plásticas, Elena Cortina ya ha plasmado su visión de la fiesta brava con sorprendente sensibilidad. Le fascina observar al toro en el campo, donde lo describe como un ser de belleza imponente. "Se me hacen animales muy bonitos", comenta con una sonrisa.

El segundo tercio le resulta especialmente emocionante: los colores de los papelillos, el momento justo de colocar las banderillas, y el encuentro elegante entre toro y torero la inspiran. Entre sus influencias destaca Vincent Van Gogh, cuyo estilo singular la llena de asombro.

Para Elena, intervenir una plaza de toros con su arte sería una experiencia única: "Representaría un gran reto, pero también la posibilidad de que muchas personas pudieran ver lo que hago". Su familia y amigos le ofrecen constante aliento, reconociendo su evolución cuadro tras cuadro.

En esta muestra, comparte una obra dedicada a su padre: un toro visto de espaldas, inspirado en la ganadería Puerto del Cielo, que quiso regalarle en su cumpleaños para decorar su habitación.

Joaquín Barba lo lleva en la sangre

Hijo del matador Fabián Barba y nieto de la artista plástica Dulce María Rivas, Joaquín ha crecido rodeado de pinceles y avíos taurinos. Comenzó a pintar a los cuatro años, y desde entonces ha convertido el arte en uno de sus pasatiempos favoritos.

A los diez años, con motivo de su primera comunión, obsequió postales taurinas hechas por él mismo, detalle que sorprendió a todos sus invitados por su originalidad y talento. Admirador absoluto de su padre y agradecido con su abuela-maestra, Joaquín encuentra en ellos la inspiración y guía que lo han formado como artista.

Álvaro Barba, siguiendo a su hermano

El más pequeño de esta generación artística es Álvaro, también hijo del matador Barba. A sus siete años, ha comenzado a trazar sus primeros pasos en la pintura. Si bien aún está en plena exploración, sueña en grande: le encantaría ver una de sus obras ilustrando un cartel taurino o colgando en alguna galería de España.

Acompañado por el cariño y la motivación de sus padres y amigos, Álvaro ya imagina un mundo donde el arte y el toro sigan caminando juntos, como lo ha visto desde que nació.


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