Con 94 años cumplidos ayer domingo 13 de julio se ha extinguido en la Puebla de los Ángeles, la llama de uno de los personajes de mayor carácter y acento que en la Fiesta Brava mexicana hayan existido, don Jesús Ferrer, a quien todo el mundo conocía como "El Teniente".
La variedad de actividades en que brilló su poliédrica vida es de asombrar; no obstante quizá, la sobresaliente y más conocida fue su larga etapa de las décadas de los 50’s y 60’s del siglo pasado en que, vestido eternamente de charro negro en el tendido de sol de la Plaza México, era un ingenioso y simpático "gritón" que, por si poco fuera, improvisaba rápidamente un asombrosamente atinado resumen-crónica en verso del festejo y se lo enviaba al maestro y su gran amigo Pepe Alameda para que lo leyera en los micrófonos de la transmisión televisiva a nivel nacional.
No menos famoso fue su oscuro sombrero que caía a la arena en medio de una formidable faena para premiarla y con el que Ernesto Belmont dio unos improvisados pases a un novillo tras un histórico tercio de quites en torerísima competencia con Manolo Mejía y Valente Arellano. Escena que inmortalizó en óleo el egregio maestro Antonio Navarrete.
Fervoroso admirador y partidario del matador Manuel Capetillo Villaseñor y amigo de todo el ámbito del toro: figuras del toreo, ganaderos, empresarios, periodistas, lo mismo que de celebridades del espectáculo y la política.
Fue también empresario taurino y restaurantero, practicó la pintura con la tauromaquia como tema central, en 2004 publicó su libro “En Una Tarde De Sol. Rimas Taurinas” con sus versos de considerable calidad y encabezó un relevante linaje dentro de la fiesta brava:
Su hija Gabriela es bailaora de flamenco y pintora taurina cuya pareja es el ganadero de bravo de El Grullo, Juan Carlos González; su otra hija, Verónica está casada con el distinguido médico Héctor Aquino, quien ha operado a varios toreros y ellos son padres del matador Héctor Gabriel. El hijo de El Teniente, Diego, fue aficionado práctico y editor de una revista taurina, mientras que el matador Alejandro Ferrer es sobrino de don Jesús. A todos ellos, nuestro abrazo sincero y fraternal.
Las muestras de afecto a su familia pueden ser recibidas desde este mediodía en la funeraria Asís, sita en Av. 33 Oriente 801, Col. Anzures de esta capital poblana y mañana martes se celebrará ahí mismo una misa de cuerpo presente a las 10:00 am.
En lo personal extrañaré esas pláticas telefónicas con un aficionado sabio a quien siempre agradeceré me haya dedicado alguna “calaveras”, esas ingeniosas rimas que se publican en épocas de muertos en México.
Sin duda una pérdida mayúscula para el mundo del toro, el del arte y la cultura, la poesía y la amistad.
Ya no habrá más ese sombrero negro de charro en las arenas, se no fue este personaje irrepetible e inolvidable: don Jesús Ferrer "El Teniente". Descanse en paz.
Voy a tirar mi sombrero
en una tarde de sol,
por un lance postinero,
por un puyazo certero
y un quite como una flor;
por las grandezas sencillas
que son arte y sortilegio:
Por un par de banderillas,
por un derechazo regio,
por un natural señero,
voy a tirar mi sombrero…
en una tarde de sol.
(Fragmento de un poema de Jesús Ferrer "El Teniente").