Pasadas las elecciones de gobernadores en Venezuela, con los resultados ya evidentes y que se anticipaban de plano, queda en el panorama taurino nacional igualmente varias incógnitas a despejar en quienes van a tener la responsabilidad de gobernar en los distintos estados, en este caso, quienes serían el enlace con el gobierno central, el cual más que nunca ha concentrado todas las decisiones en lo que de Caracas se diga.
Es así como para la gobernación merideña, anunciada la elección del joven Arnaldo Sánchez, en el ámbito taurino se empiezan a ventilar nombres para la designación quien asuma los destinos de COREMER, que a final de cuenta es el ente que lleva los destinos de las plazas de toros más relevantes de la geografía emeritense, el caso de la Plaza Monumental de Mérida, el Coliseo "El Llano" de Tovar o el complejo recreacional de Chiguará, con su singular ruedo ovalado que este año ha quedado por los días de San Antonio de Padua sin festividades.
Es COREMER la pieza clave para los destinos de estos cosos, donde entre los hechos más resaltantes supone sacar a concurso para mediados del próximo año la arena monumental merideña, lo que supondría cuatro ediciones de gestión a una de las citas claves de la temporada en el país, como lo es la Feria del Sol, con impecable organización por parte de la sociedad conformada por los hermanos Rodríguez Jauregui y los hermanos Manfredi López, desde que asumieron la plaza en diciembre del 2021 hasta la edición del próximo año.
Lo de Tovar vendría es otro matiz, pues conocido como está el ambiente taurino en la Sultana del Mocotíes y los resultados de los últimos años de los hermanos Santana Araque, la muestra fue el llamado a concurso de este año, donde literalmente no hubo a excepción de los propios Santana Araque, quienes pujarán por llevar adelante una cita taurina en alarmantes números rojos, y donde se está gestionando más como un capricho temporal de su cabeza visible, que otra cosa, que con el tiempo pasará factura, una vez que se aburran de esto, donde prima más la afición e inteligencia del momento que palpita entre el público y aficionado local. Así de claras las cosas, estimado lector.
El resto del panorama no se espera que cambie mucho. Bernal en el Táchira mantendría el apoyo irrestricto al apartado taurino de la Feria de San Sebastián, a través de la gestión que vienen haciendo los representantes de la empresa taurina Fiesta Brava, que al igual que en Tovar, son los únicos con la plataforma montada para organizar lo que viene siendo habitual, tres corridas que soportan actualmente ferias de la que otrora fueron las grandes referencias del toreo venezolano.
Y si nos vamos un poco más al centro del país, en Aragua, la recién electa gobernadora Joana Sánchez, es poco dada a la Fiesta Brava, tal y como se ha ventilado en los corrillos, por lo que no se extrañe que la rehabilitación de la Plaza de Toros de Maracay, sea una utopía que se dilate con el tiempo, ante el desinterés que la nueva gobernante se tome de cara a devolver la arena de "Calicanto" a la actividad taurina, mientras que en Yaracuy otra cosa es tras la elección de Leonardo Intoci, quien no ha ocultado su interés en mantener la trascendencia que representa la tauromaquia en el marco de su modesto periplo ferial de comienzos de mayo, el cual indudablemente se puede mejorar en su parte organizativa.
De lo demás, poco se espera en estados como Carabobo, Zulia o Lara, donde el recuerdo del toreo es eso, cosa del pasado con poco proyecto para devolverle vigencia. Por desgracia.