Rodolfo Gaona cumple 35 años de fallecido
Jueves, 20 May 2010
México, D.F.
Jorge Raúl Nacif I Foto: Revista Bicentenario
Y dar el paso a la eternidad
Un día como hoy, 20 de mayo, pero de 1975, falleció en la Ciudad de México uno de los más grandes toreros que ha dado esta tierra: el maestro Rodolfo Gaona, a quien recordamos en esta breve semblanza a 35 años de abandonar el mundo.
Rodolfo Gaona nació en León, Guanajuato, el 22 de enero de 1888. Perteneciente a la cuadrilla de niños toreros del español Saturnino Frutos "Ojitos", debutó vestido de luces el 23 de noviembre de 1902, en su tierra natal. Se presentó en la antigua Plaza México, en la Ciudad de México, en septiembre de 1907.
En 1908 partió a España, llevado por Ojitos, donde tomó la alternativa el 31 de mayo de 1908 en Tetuan de las Victorias, de manos de Manuel Lara "Jerezano" ante toros de Basilio Peñalver. El astado de la ceremonia se llamó "Rabanero", de pinta berrendo.
Un mes y cinco días después, el 5 de julio, confirmó el doctorado en Madrid, llevando como padrino a Juan Sal "Saleri", y de testigo a Tomás Alarcón "Mazzantinito", con el toro "Gordito" de Juan González "Nandín".
Rodolfo tuvo el privilegio de participar en la inauguración de un coso histórico, la plaza de toros "Vista Alegre" de Madrid, el 15 de julio de 1908, compartiemdo cartel con Ricardo Torres "Bombita" y Rafael González "Machaquito".
Gaona fue figura en México y en España, rivalizando y superando muchas veces a figurones como Juan Belmonte, Joselito o Rafael Gomez "El Gallo". Se le considera inventor de la gaonera (que se dice la creó su maestro, Ojitos) y del pase del centenario, asi como haber inmortalizado el "Par de Pamplona".
Luego de una carrera vertiginosa y triunfal a todas luces, se retiró de los ruedos el 12 de abril de 1925, en el "Toreo de la Condesa", donde estoqueó siete toros de San Diego de los Padres.
Elegante, con un gran conocimiento para caminarle a los toros, variado en las suertes tanto de capote, banderillas y muleta, así como eficacia en la suerte suprema, son sólo algunas de las cualidades que Gaona siempre derrochó en los ruedos, a los que volvió para torear algunos festivales después de retirado.
Torero de leyenda, con su personalísima forma de hacer el toreo, ha pasado a la historia como un hito, como uno de los diestros más trascendentes de la tauromaquia universal.
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