Banners
Banners

Efemérides de Feria: El Lobo Portugués

Viernes, 23 Abr 2010    Aguascalientes, Ags.    Xavier González Fisher | Foto: Archivo   
Cuando Manolo Dos Santos toreó en la plaza "San Marcos"
Aunque Manolo Dos Santos, el llamado Lobo Portugués, fue un torero que tuvo gran predicamento en México durante el final de la década de los cuarentas, y el principio de la siguiente, porque además de su calidad indiscutible, en buena medida porque su presencia sirvió para llenar los huecos que dejaron las "rupturas" de las relaciones con la torería española, su presencia en las plazas de Aguascalientes no se dio con frecuencia en ese tiempo.

Debutó en Aguascalientes en 1951 junto a Carlos Arruza y un recién alternativado Humberto Moro y no le volvimos a ver por aquí, sino diez años después, cuando se le anunció para alternar con Juan Silveti Reynoso, y de nuevo un torero de alternativa reciente, Felipe Rosas y como ingrediente añadido, la corrida despertó el interés de la afición, puesto que también traía la presencia de Arruza a Aguascalientes, aunque ahora nada más como ganadero, dado que los toros a lidiarse fueron de Pastejé, que por entonces era de su propiedad.

Al final de cuentas el festejo no produjo el resultado que todos esperaban. Los toros de Pastejé no fueron tan bravos como "Tanguito" y "Clarinero" como la nota previa al festejo lo pregonaba y la corrida de expectación terminó en decepción. La crónica de don Jesús Gómez Medina sobre el asunto es esta:

"Taurinamente, la Feria de San Marcos tuvo, ayer, un deslustrado capítulo inicial. Ocurrió lo anterior, pese a que en el cartel aparecían dos de los diestros que, a la fecha, dos de los diestros que disfrutan de mejor cotización en el mercado nacional -Dos Santos y Juan Silveti- y, completando la tercia, Felipe Rosas, que, entre los noveles, es el torero con mejor hoja de servicios.

"Y, también a despecho de la concurrencia de una vacada cuyos inolvidables éxitos primeros la situaron rápidamente en el grupo de las de mayor categoría; y, finalmente, sin que fuera bastante a evitar el colapso final del festejo, el espléndido marco en que aquél se llevó a cabo; con la plaza atestada de un público cuyo primitivo entusiasmo fue languideciendo hasta extinguirse casi del todo.
Sin embargo, aquella expectación inicial aún resurgió poderosamente cuando, en el último turno compareció  -¡al fin!- un burel con bravura y con fuerza.

"Fue naturalmente, el segundo de los de Rosas y como el de Pastejé, cuenta aparte de fiereza y poderío, tuviese respeto, el primer tercio de su lidia transcurrió entre ovaciones. Inclusive los buenos aficionados encontraron ocasión de aplaudir las excelencias de la suerte de varas cuando ésta se ejecuta como entonces lo hizo, por partida doble, Pascual Meléndez.

"La faena muleteril de Rosas transcurría ya por los cauces del triunfo, pero de súbito, un achuchón provocó el desconcierto del bisoño espada, a partir de entonces, Rosas perdió el ritmo y el plan del trasteo y en última instancia intentó liquidar prematuramente al de Pastejé. Un pinchacillo cuya levedad lo hizo pasar inadvertido por muchos y el burel rueda, descordado…"

Ya tendría oportunidad Manolo dos Santos de restablecer su cartel ante la afición de Aguascalientes en los años por venir, dado que en esta, su reaparición, una década después de haberse presentado en la Plaza de San Marcos, no añadió nuevos lauros a su historial.


Comparte la noticia