Arturo Castro Ortega realizó la escultura a gran escala del toro llamado "El hijo desobediente", de la ganadería de Fernando de la Mora, ejemplar que le provocó una fractura de tibia y peroné en la plaza "La Petatera" hace cuatro años, lapso en en el que ha hecho crecer su creatividad en el campo de las artes plásticas, donde se ha desarrollado en los últimos años.

La obra pertenece al conjunto de piezas que se exponen dentro del denominado "Ecuestre Ibérico", mismo que se lleva a cabo en Val Quirico, se trata de una muestra que forma parte de las actividades en torno a la competencia de doma de caballos "España- México", y que ha llamado la atención por sus dimensiones y originalidad.

Arturo se inició con el grupo de Forcados de Celaya con los que debutó en San Luis Potosí hace casi cuatro décadas, en tanto que prepara una próxima exposición con este tipo de trabajos de figura taurina en centros culturales de Portugal, país con el que mantiene una estrecha relación profesional.

En fechas recientes, a la par de su labor artística, se mantiene como forcado en activo con presentaciones esporádicas con el grupo portugués de Forcados de Monsaraz, además de que desempeña un constante entrenamiento y asesoría en favor de distintos grupos de forcados en México.

Su taller base se encuentra en Querétaro, pero también tiene otro en San Miguel de Allende, y en ambos trabaja de manera entusiasta y con el afán de seguir aumentando su "cartel" en el terreno del arte.