Un gran estilista del toro de lidia, al que vio toda la vida en casa..
El ganadero
Manuel González, titular del hierro de
Darío González, falleció este jueves en la Ciudad de México, a los ochenta años, a consecuencia de una enfermedad con la que había lidiado desde hace años y que hoy terminó con su existencia.
Manuel González García Moreno era un gran estilista del toro de lidia, al que vio toda la vida en casa al haber nacido en una familia tan taurina como los
González de Tlaxcala y su parentesco directo con los dueños de
Coaxamalucan, ahí donde tenía su rancho muy cerca de la antigua plaza de tientas de esta casa ganadera de tanta prosapia en México.
Manuel, al que llamaban cariñosamente "La Leche", heredó la ganadería que su padre había fundado en 1966, y la conservó con esmero como recuerdo y homenaje a sus antepasados ganaderos, entre ellos su tío Felipe González "Gallo Viejo", el "amo" de Coaxamalucan.
Hace algunas semanas se le hizo un reconocimiento público en la Monumental de Apizaco, donde el pasado 17 de octubre lidió su última corrida de la que dieron cuenta
Manuel Rocha "El Rifao", Luis David y
Leo Valadez.Manuel era un hombre entregado y noble, que hablaba de toros sabroso, muy en la cuerda de sus parientes ganaderos, y aunque su vacada era muy corta, y lidiaba un par de corridas o novilladas al año, siempre tuvo las puertas de su casa abiertas a los novilleros y matadores de nuevo cuño, a los que invitaba a tentar en la plaza que construyó a escasos metros de la casa mater de "Coaxa", donde también tenía, en unas dependencias posteriores su casa habitación.
En alguna época, y de manera interina, hace más de 20 años, fue presidente municipal de Apizaco, donde también había desempeñado algunos cargos dentro de la administración pública.
Arquitecto de profesión y aficionado al tenis, que era la otra gran pasión que compartía con sus hijas, Manuel fue un hombre prudente que dedicó muchas horas de su vida a su rancho y a su familia, a la que siempre estuvo muy unido.
El día de mañana será incinerado en el Panteón Francés y sus cenizas serán llevadas a Apizaco, como fue su voluntad. Desde aquí enconamos nuestras condolencias a todos sus parientes ganaderos, así como a sus hijas Reyna, Rocío y Lucía, y a la señora Reyna, su viuda. Descanse en paz.