"Los toros no perdonan los errores": Rivera (video)
Pasó la noche con dolor
Ricardo Rivera pasó una noche fatal, con mucho dolor, y no pudo descansar nada, tras la fuerte cornada sufrida ayer en la plaza "Nuevo Progreso" de Guadalajara, donde resultó herido durante la vibrante faena al octavo toro de la función, perteneciente al hierro de Marco Garfias.
-¿Cómo te encuentras?
-Muy adolorido. Pasé una noche fatal, y no pude dormir ni un minuto. Estoy un tanto preocupado porque el doctor me dice que el pitón del toro me rozó las arterias y llegó hasta el fémur. Afortunadamente, no las seccionó. Eso hubiera sido muy grave.
-¿Y qué precauciones tienes que tomar?
-Me ha recetado anticoagulantes porque una de las venas tiene un hematoma grande. Debo guardar reposo y es posible que me tengan aquí en observación.
-¿Cuándo crees que podrías dejar el hospital?
-Entre jueves y viernes, dependiendo de la evolución de la herida.
-¿Que valoración harías del toro que te hirió?
-Era un toro bravo que me avisó tres veces que por el pitón izquierdo no iba a dejarme darle un pase completo. Los toros como éste no te perdonan los errores, pero las ganas de triunfo que tenía y la vibración de la faena, con el público volcado, me hicieron perder un poco de vista esta situación, que ya había advertido desde el principio de la faena.
-¿Qué sentiste en el momento en que te echó mano el toro?
-Que iba calado. Sentí un gran ardor en toda la pierna y un dolor muy fuerte en la rodilla izquierda. Sentí también la impotencia de no poder pararme y seguir toreando. Esta tarde era de vital importancia para mi carrera.
-Porque con el primer toro ya habías dado muestras de una decidida entrega...
-Sí. Disfruté mucho mi actuación hasta que sucedió la cornada. Estaba sintiéndome torero y pude dar muletazos muy a gusto al cuarto de la tarde. Y después, con el octavo, también estaba disfrutando la faena. Así es esto. Es un camino muy duro del que no me pienso apartar.
La siguiente entrevista está acompañada del video filmado por Emilio Méndez, donde el doctor Víctor González Camarena explica el parte médico de la cornada y la intervención realizada al torero colombiano la noche de ayer.
-¿Cómo te encuentras?
-Muy adolorido. Pasé una noche fatal, y no pude dormir ni un minuto. Estoy un tanto preocupado porque el doctor me dice que el pitón del toro me rozó las arterias y llegó hasta el fémur. Afortunadamente, no las seccionó. Eso hubiera sido muy grave.
-¿Y qué precauciones tienes que tomar?
-Me ha recetado anticoagulantes porque una de las venas tiene un hematoma grande. Debo guardar reposo y es posible que me tengan aquí en observación.
-¿Cuándo crees que podrías dejar el hospital?
-Entre jueves y viernes, dependiendo de la evolución de la herida.
-¿Que valoración harías del toro que te hirió?
-Era un toro bravo que me avisó tres veces que por el pitón izquierdo no iba a dejarme darle un pase completo. Los toros como éste no te perdonan los errores, pero las ganas de triunfo que tenía y la vibración de la faena, con el público volcado, me hicieron perder un poco de vista esta situación, que ya había advertido desde el principio de la faena.
-¿Qué sentiste en el momento en que te echó mano el toro?
-Que iba calado. Sentí un gran ardor en toda la pierna y un dolor muy fuerte en la rodilla izquierda. Sentí también la impotencia de no poder pararme y seguir toreando. Esta tarde era de vital importancia para mi carrera.
-Porque con el primer toro ya habías dado muestras de una decidida entrega...
-Sí. Disfruté mucho mi actuación hasta que sucedió la cornada. Estaba sintiéndome torero y pude dar muletazos muy a gusto al cuarto de la tarde. Y después, con el octavo, también estaba disfrutando la faena. Así es esto. Es un camino muy duro del que no me pienso apartar.
La siguiente entrevista está acompañada del video filmado por Emilio Méndez, donde el doctor Víctor González Camarena explica el parte médico de la cornada y la intervención realizada al torero colombiano la noche de ayer.