Fermín Spínola se sometió a una resonancia magnética el pasado viernes para determinar la lesión en su rodilla izquierda y los resultados, interpretados por su médico de confianza, arrojan una distensión en los ligamentos cruzados posteriores.

La distensión es una lesión en la que el ligamento se estira y no regresa a su posición original, pero no llega a romperse, situación que, de haberse dado, tardaría varios meses en recuperarse.

Los estudios también indican que el diestro tiene una ruptura parcial en las fibras, pero estas lesiones no le impedirán hacer el paseíllo mañana en Salvatierra, Guanajuato, ni en sus próximos compromisos.

Por lo pronto ya le han ordenado ingerir medicamento analgésico y desinflamatorios. No es necesaria una intervención quirúrgica, aunque Fermín tendrá que torear vendado o, en su defecto, con una rodillera.

Aunque sí puede torear, el médico le recomendó abstenerse de colocar banderillas durante un periodo de tres a cuatro semanas, en lo que los ligamentos terminan de rehabilitarse.

"Me siento un poco molesto, pero muy bien para torear, y voy a salir con todas las ganas del mundo, y que bueno que no es necesaria una cirujía y que fue solamente la distensión. El médico que me atendió es radiólogo y me recomendó ir con un ortopedista o traumatólogo, pero me dijo que sí puedo torear", explicó Fermín.

Ya desde la semana pasada, el diestro había estado haciendo un poco de toreo de sombra, teniendo en mente la reaparición, misma que será efectivamente el día de mañana en Salvatierra, alternando con Rafael Ortega y Fernando Ochoa, ante toros de El Batán.