El empresario y filántropo estadounidense Pierre Omidyar, de origen franco-iraní, dijo en alguna ocasión: "Si hay algo que te apasiona y trabajas duro, yo creo que acabarás teniendo éxito". Y esta máxima bien se puede aplicar al trabajo arduo y tenaz que ha hecho desde hace varias décadas en pro de la fiesta brava, el novillero en retiro, empresario y apoderado michoacano, Octavio Castro "Santanero", artífice del cortijo "La Maestranza" de la capital purépecha. 

Y es que este cortijo es el único que, por ahora, en plena pandemia del Covid-19, ha realizado los festejos de Calaveras y Todos los Santos en Michoacán, para no dejar caer la tradición y mantener viva la lama de la esperanza de que algún día no muy lejano, la fiesta vuelva a realizarse como antes de que se presentara este azote pandémico mundial. 

A sus 73 años y un mundo recorrido en los toros, Santanero, nacido en Santa Ana Maya, Michoacán, en la ribera norte del Lago de Cuitzeo, se le ve por igual impartiendo clases a niños y jóvenes, que con azadón en mano para quitar la yerba e impida el lucimiento de "su cortijo" que ha levantado casi de la nada. 

"Ha sido nuestra vida, siempre ha sido una lucha, nuestra pasión y mientras Dios nos dé energías estaremos en la más hermosa de todas las fiestas, que es la fiesta de los toros", expresa con sentimiento y gratitud al mundo que le ha dado un nombre propio e identidad entre sus paisanos. 

Si bien el cortijo surgió de la idea de cinco socios que adquirieron un terreno de más de 500 hectáreas, al poniente de Morelia hace muchos años, junto con dos canchas de tenis y una de frontenis, como amenidades para promover terrenos y venderlos, al final de los años y después de pasar por varias manos, acabó por terminar en manos de una constructora que tenía la intención de demolerlo. 

Pero pudo más la pasión taurina de Octavio Castro "Santanero", quien previamente se había hecho de una veintena de documentos firmados por empresarios y ganaderos de las principales agrupaciones taurinas de México, que daban fe de su calidad y amor taurino, que evitaron que el cortijo se demoliera. 

"Trabajé mucho para obtenerlas y con ellas me presenté con el que era presidente municipal de Morelia, Fausto Vallejo Figueroa, quien les dijo a los de la constructora que el cortijo no se demolía pues tenía una solicitud de que ahí se establecería una academia taurina. Terminó su trienio y seguí el proceso con el siguiente alcalde, Salvador López Orduña, quien me entregó en comodato por tiempo indefinido el inmueble", relató. 

Pero el cortijo estaba en muy mal estado y había que inyectarle recursos propios para sacarlo adelante. 

"Había que trabajar otra vez arduamente porque estaba a la deriva. Estaba fatal. Lo remodelamos, conseguí la barda perimetral, aulas, cuadrillas, etcétera y lo reinauguramos en diciembre del 2006 con un festival. Desde entonces le dimos formalidad a lo que ahora se llama Academia Taurina Municipal de Morelia, A.C., donde damos practica de toreo, toreo de salón y hacemos festivales cada vez que podemos.  

También tenemos talleres sin ningún fin lucrativo, los maestros no cobran y se imparten clases de catecismo, zumba, danza regional, danza contemporánea, matemáticas, inglés y guitarra". 

Dijo que este martes 10 reunirá a la prensa moreliana para dar a conocer que al proyecto se sumarán otros personajes de la localidad, entre ellos la matadora Marbella Romero y varios taurinos importantes, para no dejar caer este proyecto que tanto esfuerzo y trabajo ha costado. 

"Vienen a sumarse personalidades del ámbito taurino para enriquecer y tratar de darle más movimiento al cortijo y a la escuela. Para dar mayor número de festivales, y promover más el arte y la cultura, donde podamos realizar exposiciones pictóricas, escultóricas. Queremos que haya más charlas motivacionales y vocacionales para niños y jóvenes e inyectarles lo maravilloso que es la fiesta de los toros", finalizó Santanero.