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Azota crisis a la ganadería de La Playa

Viernes, 17 Abr 2020    Monterrey, N.L.    Martín Banda | Foto: Archivo   
Luis Quijano confirmó el desolador panorama que se presenta
Las pérdidas para los ganaderos del campo bravo se irán multiplicando conforme vayan avanzando los días de la contingencia sanitaria emitida por el Gobierno Federal, afectando de muchas maneras la supervivencia del ganado en distintas regiones de México.

En Nuevo León, una tierra de por sí castigada por la falta de agua y los fuertes veranos cálidos, la ganadería de La Playa, con casi un siglo de existencia, comienza a vender sus encierros que fueron cuidadosamente preparados durante años, a falta de una plaza en donde lidiarse en esta contingencia.

"Ya hemos mandado tres corridas al rastro, a la empacadora, ya que no hubo más remedio", dijo con hondo pesar el ganadero Luis Quijano.

Fundada en 1936 por don Eugenio Domínguez Lecea, en el Rancho "El Imán", en el municipio de Lampazos, Nuevo León, la ganadería se ha mantenido gracias al amor y cariño que le han dedicado su propietaria, doña Bertha Domínguez Guajardo y sus hijos Luis y Javier Quijano, a pesar de que trabajan con números rojos casi todos los años.

"Seguimos enamorados del rancho, hay mucho trabajo sí, porque también tenemos ganado de carne, ovejas y hasta cocodrilos, pero yo no veo que esto vaya a mejorar en cuestión del ganado de lidia, que no le veo futuro", comentó Luis.

Dijo que para ayudar a la economía de las familias que viven del rancho se tuvieron que vender al rastro tres encierros, dos de cuatro años con promedio de 545 kilos y uno de tres, cuyo peso ya rondaba los 513 en promedio.

"Al ganado de lidia no le veo futuro, además en esto vamos de la mano con los empresarios y los toreros y la gente es la que manda, si no se reporta en las taquillas perdemos todos. No creo que vayamos a salir con mucho dinero después de esto como para andar gastando en corridas, es la verdad", afirmó.

Quijano señaló que todos los insumos del rancho han subido y que los impuestos se pagaron como es debido y puntualmente.

"El año pasado La Playa no ganó dinero, se perdió y por eso era imposible seguir alimentando estos encierros que no tenían en donde lidiarse en estos días. La tonelada del alimento balanceado subió con esto que subió el dólar y bajó el peso. La tonelada de primera está de 4 mil 600 pesos a 5 mil 600 en el mercado y la pastura está de 2.50 a 3.00 pesos el kilo, ya sea que la compres en rollos de 500 kilos o la paca de 30 kilos".

¿Y qué pasará si en unos meses esto vuelve a la normalidad? Es la pegunta que ahora mismo se hacen muchos ganaderos.

"Pues ahí vienen ya otros toros atrás a los que les estamos dando de comer. Por lo pronto teníamos estas dos corridas, una era para Cadereyta del 22 de marzo y la otra era la que mandaríamos a Pomuch, Campeche y ni modo de aguantarlas de aquí a agosto. Ya pondremos otros encierros a ver si estos sí nos los quieren comprar", dijo cabizbajo, triste y a la vez esperanzado, el estimado ganadero regiomontano.


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