Para el tlaxcalteca Gerardo Rivera la tarde de su reaparición el pasado domingo en la Plaza México era como lanzar la moneda a cara o cruz: o salía triunfante o se quitaba de los toros. Afortunadamente para él, el sexto toro del encierro de Piedras Negras, "Siglo y Medio", le permitió estar a gusto y de no ser por el juez, Rivera estaba decidió a irse por derecho y cortarle las orejas con la espada.
La historia ya se conoce. El público pidió el indulto y el juez, antes que meterse en una bronca, optó rápido por perdonarle la vida al toro, ante la opinión dividida de los aficionados. Sin embargo, para Rivera, defendiendo su triunfo, dijo que no es que la plaza esté cayendo en una "indultitis", ni perdiendo la máxima categoría, sino que han sido "casualidades" que en dos tardes diferentes se hayan concedido dos indultos.
"Había una espinita que me tenía que sacar del día de mi confirmación. Trabajé muy duro durante estos tres años, que fueron muy difíciles, y tenía que ser una tarde importante para mí y así lo demostré el domingo", dijo el torero de Apizaco.
De por sí, anunciarse con Piedras Negras no era una tarea fácil. Pero no había otra opción, así que la terna sabía que sería una tarde complicada.
"Es una ganadería denominada dura, pero lo que le hagas a un toro de esos la repercusión es el doble. Ayer el toro que indulté tuvo buenas condiciones, y la verdad que estoy muy contento".
Desde que el juez sacó el pañuelo blanco anunciando el indulto número 34 en la Plaza México, y segundo consecutivo en dos tardes diferentes, (la del domingo antepasado a un toro de rejones de Vistahermosa, por Emiliano Gamero, indultado por el otro juez que está en el biombo, Enrique Brau), el público se dividió pero eso no pareció importarle ni a Rivera, ni al ganadero Marco Antonio González, quienes dieron la triunfal vuelta al ruedo como era lógico.
"Yo lo viví muy bonito –reconoce el matador–, porque los toreros nos debemos a la gente. Yo no me cansaba de torearlo, vi que la gente estaba a gusto, y cuando vi que lo había indultado yo ya no podía hacer nada más. De habérmelo ordenado el juez, yo lo hubiera matado sin lugar a dudas, y obviamente no se me hubieran ido las orejas porque lo había toreado muy a gusto y el público estaba conmigo", agregó.
En su primera faena, Rivera había estado francamente bien. Pero la que realizó al sexto de la función hubo detalles por el pitón izquierdo que le hacían no merecedor el indulto, de acuerdo a la propia crítica y a los aficionados.
"Siempre cada uno tiene sus diferentes puntos de vista. Por ese lado, el izquierdo, era un poquito más complicado. Hubo una tanda que le pegué que se demostró cómo era el toro, era mejor por el pitón derecho. La verdad que estoy muy contento, sé que faltan muchas cosas, esto no es nada, no he logrado nada, pero esto es un pasito más en mi carrera", dijo.
Cuestionado sobre lo que fue una faena "a toda prisa", la del indulto, Rivera reconoció su falta de rodaje.
"El toro no era para relajarse. El toro tenía muchísima transmisión, obviamente con la técnica que tengo, la gente no captaba que era un toro difícil y complicado. Si no le hacías bien las cosas, en lugar de que la faena tuviera explosión se hubiera venido para abajo. Era muy bravo y sí, por la falta de torear y por las ganas de querer triunfar y el querer salir adelante y triunfar siempre te aceleran un poquito. Pero primero Dios con el rodaje que tenga este año ya voy a torear de esa manera, como lo hice con el primer toro", dijo.
Señaló que él hubiera sido el primero en torear con parsimonia en los trazos, con otra dimensión, como sabe que le gusta al público de La México.
"Creo que di corazón ayer porque era un día muy especial, porque si ayer no pasaba nada yo me quitaba de esto. Pero mira, Dios es tan grande que me permitió disfrutar de una tarde tan especial, y me puso un toro el cual pude torear rápido o despacio, como haya sido, pero lo disfruté muchísimo".
Y lo que son las cosas del destino: hace 13 años, Rodolfo Rodríguez "El Pana", también de Apizaco, se anunció con una corrida de Garfias en la tarde que sería la de su retiro y en suerte le tocó el toro "Rey Mago", que le cambió el destino, optando por seguir toreando.
"Mi decisión ya la había tomado desde agosto cuando toree en La Florecita, y en la Final no me rodaron bien las cosas y dije este es mi último año, voy a echar todo al asador porque la verdad fue un año muy difícil. México es la última estación y si no pasa nada a otra cosa. Amo mi carrera y la respeto, pero si no pasaba nada hasta ahí hubiera quedado. Estaba decidido a retirarme el domingo pasado precisó.
Por otra parte, Rivera comentó que aún y con la polémica que se ha suscitado por su triunfo, tiene fe en que las empresas voltearán hacia él.
"Fue un día muy bonito, disfruté muchísimo hacer rugir a La México. Al final es lo bonito, que haya polémica, pero cuando pasas desapercibido es lo complicado. Aquí lo importante es que se hable de mí, del toro, de lo que ha ocurrido".
Para finalizar, recalcó que La México siempre será la plaza más difícil para todo aquel que se viste de luces.
"Estos dos indultos solo han sido casualidades, han sido momentos, pero México es México. Es una presión tremenda esta plaza, la más importante del país. Hay que verlo así, han sido simplemente dos casualidades de toros buenos y de ahí en fuera siempre se ha marcado que es una plaza que da todo y quita todo", finalizó.