En aquella tarde compartió cartel con Jorge Gutiérrez y Manolo Mejía. Se lidiaron dos toros de Manolo Martínez para rejones y cuatro de San Marcos para los toreros a pie, ante una nutrida asistencia de público que cubrió tres cuartos de aforo del coso de Insurgentes.

El balance del festejo fue de ovación y dos orejas para Pablo Hermoso, mientras que Manolo Mejía obtuvo un apéndice del sexto toro. Y la sensación final fue agridulce para Hermoso, pues su famoso caballo "Cagancho" sufrió una cornada de 10 centímetros de extensión por 10 de profundidad, en el anca derecha, durante la lidia del toro que abrió plaza.

A 20 años de distancia de este acontecimiento Pablo ha sumado un total de 2492 corridas en un lapso de tres décadas desde que tomó la alternativa en 1989.

Todo parece indicar que su carrera está tocando a su fin en México, sobre todo ahora que ya está toreando su hijo Guillermo, que llegó al país siendo un bebé, y que sin duda las largas temporadas de su padre influyeron en su ánimo de ser torero. ¿Será el momento ya de cederle la estafeta por completo?