Los rayos del sol apenas aparecen por el horizonte y Juan Pedro Llaguno es el primero en levantarse para realizar sus primeros ejercicios del día. La noche anterior ha leído un libro y aún recuerda una frase de Abraham Lincoln que dice: "Me prepararé y algún día mi oportunidad llegará".
Pues bien, para Juan Pedro esa oportunidad será mañana, en la acogedora placita de Chucho Arroyo de la alcaldía de Tlalpan, en la Ciudad de México, donde se vestirá de luces para participar en la quinta novillada del serial y en la que espera aprovechar esa oportunidad que se le presenta. Sabe bien que en el año apenas lleva tres festejos y que las cosas no están sencillas para las filas menores donde los festejos escasean.
"Me encuentro muy bien, voy a salir a darlo todo y hacer que la gente disfrute conmigo y poder disfrutar yo también. Voy con tres compañeros que están muy preparados y los tres, tengo entendido, ya cortaron oreja. Se me hace un cartel bonito e interesante y ojalá que podamos dar de qué hablar a la afición", comentó el novillero.
José Miguel Arellano, Cristian Antar y Mauricio Medina completan el cartel que enfrentará un encierro de Caparica, el sábado a las 13:00 horas en Arroyo. Son cerca de las ocho de la noche, el sol se pierde a lo lejos y Juan Pedro termina el día con una breve caminata para aflojar los músculos.
"Mi preparación siempre es la misma. Lo que sí es que los nervios son diferentes en esta ocasión, pero mi preparación a diario es fuerte mental y físicamente para los compromisos que salgan, ya que siempre hay que estar preparado para lo que venga", relata.
Su temporada va caminando poco a poco, como quien va pulsando las primeras embestidas de un toro al que se le puede sacar mucho partido: "Este año llevo tres novilladas que fueron en Aguascalientes a principio de año, otra en Cedral y la tercera en Tijuana recientemente", dice el joven queretano nacido el 4 de diciembre de 1999.
Y a manera de reflexión, Juan Pedro profundiza un poco entre la situación actual de los novilleros.
"La verdad es que está muy difícil el mundo del toro en la actualidad. Hay pocos festejos, se dan pocas novilladas, pero eso sí lo tengo muy claro, en las que me dan la oportunidad de torear siempre salgo a por todas y a intentar triunfar a costa de lo que sea. En España también está muy complicado torear novilladas y tentaderos. La diferencia es que allá si te enteras de un tentadero, aunque no estés invitado, y puedes ir a lo que se llama "hacer la tapia", y tarde que temprano los novilleros le van saliendo a las vacas conforme fueron llegando", dijo.
Desde su debut con picadores, en Cantillana, Sevilla, en noviembre de 2017, Juan Pedro ha toreado ocho festejos, incluyendo el de su presentación en la Plaza México al año siguiente, y en la plaza "Santa María" de Querétaro, su tierra natal.
"Ahí vamos, hay que ir andando a paso firme y siempre muy ilusionado…"
Su padre, el matador de toros en retiro Juan Pablo Llaguno González, es quien lleva sus poderes administrativos, según explica:
"Él ha sido quien me ha enseñado a torear, quien me enseñó a agarrar una muleta; el que me ha ido puliendo y el artífice de que haya ido a España para seguir aprendiendo la técnica. Su apoyo como padre y apoderado es muy valioso y hemos hecho una buena mancuerna. Además aquí en México, gracias a Dios, tengo amigos ganaderos que siempre me han estado apoyando y les estoy agradecido. Sin su ayuda no podría avanzar en esta difícil carrera", finalizó el novillero queretano.