Después de cuatro años de relación profesional, Ignacio Garibay y Pablo Labastida decidieron cerrar un ciclo de mutuo acuerdo, y en buenos terminos, de tal manera que la corrida del sábado pasado en Morelia supuso el final de esta labor conjunta entre torero y apoderado.
A manera de agradecimiento público, Ignacio brindó a Pablo la muerte del segundo toro de su lote en el festejo mencionado.,
En esta etapa de trabajo, Garibay consiguió posicionarse en un lugar importante dentro de la bajara taurina nacional, y afinó un estilo que se encuentra en una fase de plena madurez, según quedó de manifiesto en la encerrona con la que conmemoró su primera década como matador de toros.
Ignacio Garibay dará a conocer en los próximos días quién será su nuevo apoderado, mientras que Pablo Labastida seguirá al frente de su ganadería de Espíritu Santo, labor que compaginó, en los últimos años, con la de apoderado del torero capitalino.