Ya se veía venir; esta quinta corrida de la temporada grande había generado, desde hace ya varias semanas,  gran interés por parte del público, y no era para menos pues, por donde se le mirara, el cartel reflejaba el nombre de tres toreros que por personalidad y características propias generaban gran expectación.

Si de algo hay que hablar primero que nada es de Cayetano y las mujeres. Porque aunque suene a cliché, el hombre es excepcionalmente guapo y se caracteriza por ello, esto, claro está, sin desdeñar sus cualidades toreras. Aún es pronto para valorar  las estadísticas de Cayetano Rivera Ordoñez en la Plaza México, pero las cifras de hoy empezarían por delimitar su personalidad como un torero de gran tirón con el público femenino, que hoy abarrotó los tendidos de la México.

El ganadero de Montecristo, Germán Mercado Lamm -por poner un ejemplo- estuvo acompañado de muchas mujeres que, como diría Guadalupe Loaeza,  seguramente habrán leído el “¡Hola!” y sucumbido ante los encantos de esas vidas paralelas y principescas que protagonizan  la tan famosa revista. Pues ahora tocaba verlo en persona y ninguna dudó en ir a echarse un taco de ojo.

Por otro lado, en lo que  a los taurinos corresponde, su presencia escribía un capítulo más en el libro de la dinastía a la que pertenece, y el verle significaba recordar la torería y el valor de su padre, Paquirri, el empaque de su abuelo Antonio Ordoñez -en cuyo honor se bautizó al cuarto de la tarde “Rondeño”.
 
Quizá también el genio de Luis Miguel Dominguín o  tal vez aquella tarde de hace ya nueve años en que su hermano mayor Francisco confirmaba la alternativa en la capital mexicana y a la que curiosamente asistió Cayetano, que en ese entonces vivía en Los Ángeles y no concebía aún la idea de convertirse en matador de toros.  

Además, como si eso fuera poco, el hecho de que lo apadrinara Miguel Espinosa “Armillita” consolidó el poder de las dinastías toreras, últimamente en boca de todos.

Por su parte, El Payo también hizo lo suyo para llevar gente a la Plaza pues muchos queretanos y otros tantos allegados a él, se dieron cita para comprobar que los éxitos que ha cosechado, tanto en España como en su inicio de la temporada americana, no han sido en vano sino que constituyen parte de un camino que empezó a construirse hace ya varios años; muchos en proporción con sus escasos veinte años de vida.
 
Esperamos que culmine en la cumbre de la baraja taurina nacional, tan ávida de resurgir como en los años de antaño.

Así pues, su triunfo estaba más que cantado y para atestiguarlo estuvieron también Javier Aguirre, director técnico de la selección mexicana de fútbol,  que presenció la corrida desde una barrera de sombra. 

Recordemos que Octavio le brindó un toro en su pasada actuación del 22 de febrero, tarde en la que Pablo Hermoso cortó su tercer rabo en el coso de Insurgentes y que además “El vasco” estuvo también presente en su  confirmación de alternativa en Madrid, el pasado 20 de mayo.

Y para todos sus invitados, el padre de El Payo, a quien apodan de la misma manera, hizo traer carnitas de Querétaro e improvisó un convite entre la Plaza de Toros y el Estadio Azul, en el que comieron la numerosa familia García, algunos invitados y otros que  pasaban por ahí.

El embajador de España en México, don Carmelo Angulo, tal como lo había anunciado, acudió a la Plaza desde muy temprano y saludó a todos sus paisanos que se acercaron a saludarlo.

Para el próximo domingo se anuncia la reaparición de El Fandi. Esperemos que las épocas decembrinas no impacten de manera negativa en la respuesta del público.