Con el circuito taurino cada vez más cerrado y la notoria reducción de festejos en México y en el resto de los países donde perdura la Fiesta Brava, cada vez es más difícil sacar la cabeza para alcanzar el sueño de toda una vida, que es convertirse en torero y llegar a figurar.
Sin embargo, ahí siguen estos hombres sin dar tregua en pos de un anhelo. Tal vez se encuentren olvidados por las empresas... o quizá jamás les ha llegado la oportunidad, pero permanecen luchando, e incluso en países lejanos al que los vio nacer.
Me viene a la memoria el torero colombiano Germán Rodríguez, que el año pasado recibió la alternativa en La Petatera y desde aquel día no ha visto un pitón. De novillero se buscó las vueltas en nuestro país, sin perder esa ilusión juvenil que lo alentaba a seguir adelante.
Otro ejemplo es el diestro hispano Juan José Vián "El Palentino", que no desiste en su esfuerzo por llegar a ser, y ha "picado piedra" en prácticamente todos los países taurinos.
¿Vocación o inconciencia? Solamente ellos lo saben. Sólo en su mente y en su corazón tiene la respuesta sobre cuándo reaccionar y darle la vuelta a la página para dedicarse a otra actividad y aprovechar la vida. ¿Rendirse? Tal vez, pero a veces es preferible la salud emocional.
No obstante, el respeto y la admiración para todos aquellos que han lucha "a brazo partido" para conseguir sus sueños. Son un ejemplo a seguir. Deseo fervientemente que sus sueños se cumplan o en caso contrario tengan la sabiduría para darse cuenta del momento adecuado para cerrar el libro de la tauromaquia.