Unidos para la historia, periodista y torero, autor y personaje...
Con abundante información gráfica, en la revista española "Estampa" apareció “Juan Belmonte, matador de toros; su vida y sus hazañas”, en veinticinco entregas, de junio a diciembre de 1935, cada entrega tenía cuatro páginas y la serie iba ilustrada con sesenta fotografías originales de actuaciones del torero, muchas de ellas proporcionadas por el propio Belmonte
El texto es una narración en primera persona que, en ocasiones, incluso ha pasado por autobiográfica: "este libro es relato de la vida del torero contada por él mismo", decía el anuncio en prensa de la aparición de la serie.
Y sabe que tiene un gran tema: porque tiene un gran hombre, porque al pueblo de entonces le encantaban los toreros y porque necesitaban un mensaje de calma y sosiego para templar los ánimos en una España conmocionada, dividida y asustada ante el odio de hermanos que se está instalando en su territorio.
El periodista introduce al protagonista desde la tercera persona, cuando es muy niño y, tras dar los primeros pasos, acaba dejando que sea el propio Belmonte el que cuente toda su vida, así que Juan toma enseguida la palabra (desde que pudo tomar la palabra en la vida real), y ya hasta el final va contando en primera persona sus peripecias vitales, para abandonar el relato en el momento de la publicación.
La primera parte arranca de los primeros años (Belmonte nació en 1892), hasta 1912, y se relatan las experiencias primeras de la vida de Juan y de la profesión que lo llevan al éxito, por un camino pleno de dificultades, con abundantes escenas costumbristas que se desarrollan en un ámbito geográfico próximo y lleno de sugestiones locales del mejor sabor taurino.
La segunda parte transita por el camino de la formación del torero, del renombre nacional al internacional, de Sevilla a Nueva York, los grandes éxitos, con matrimonio afortunado y brillo social por relevancia de lo económico; el mundo del toreo, la gloria, el amor, las mujeres, Belmonte íntimo y Belmonte ante el mundo: sus amigos intelectuales, las tertulias, años de triunfo que van de 1913 a 1920, capítulos 10 al 20.
La tercera parte, el desenlace, va del 1920 a 1935, y es la etapa de la plenitud del torero, la muerte de Joselito, el amigo en la vida y rival en los ruedos; se relatan conflictos políticos que se viven en España y se exponen las conclusiones teóricas sobre el mundo del toro.
Cabe mencionar que Chaves no era aficionado a la fiesta brava, nunca presenció una corrida de toros ni se sintió conmovido por aquellos espacios de tipismo costumbrista, al periodista le interesaba, eso sí, la ciudad como espacio en el que se forjan los individuos, y los individuos que se enfrentan a un medio, a veces hostil, y lo superan.
La calidad humana de Belmonte le sorprendió, fueron muchas horas de charla entre ambos, de intercambio de puntos de vista, y surgieron conexiones en la visión de los espacios, los hechos y los individuos que conforman el relato. Por su parte, Belmonte no era igual que los otros toreros, el hombre Belmonte tenía la capacidad suficiente como para despertar la curiosidad de un periodista que, en el ocaso de su carrera, lo elige como modelo de ser humano capaz de enfrentarse a un destino adverso y superarlo.
En el libro de Chaves hay recurrentes alusiones al interés de Belmonte por los libros o a su relación de amistad con los intelectuales, ya desde que era un niño podemos observar en él ciertas peculiaridades, entre tanto, la escuela preinstitucionista a la que Belmonte asistió en su infancia, el torero padece y experimenta el hecho de acudir a ella como un castigo.
Más tarde, ya en Madrid, entró en contacto con los intelectuales, llegando a descubrir a través de las diferencias de estilo y lenguaje una extraña semejanza entre aquellos artistas y escritores de espíritu rebelde y los anarquistas de la pandilla de Triana. Tuvo relación con Julio Antonio, Romero de Torres, Valle Inclán, Pérez de Ayala, Enrique de Mesa, Sebastián Miranda, Dicenta, Répide, López Pinillos, Luis de Tapia, Eugenio Noel, entre otros.
El reportaje novelado sobre la vida de Belmonte tuvo un gran éxito, se había anunciado en "Estampa" con una foto del personaje a toda página y un pequeño texto propagandístico en el que se declaraba que: "el gran torero ha dictado sus memorias a Manuel Chaves Nogales con tan íntimo acento, tan desacostumbrada sinceridad y tal fuerza narrativa, que esta novela de la realidad será indiscutiblemente uno de los folletines más intensos, emocionantes y sugestivos de la vida española en los últimos treinta años".
Chaves Nogales y Belmonte quedaron unidos para la historia, periodista y torero, autor y personaje, parecen unir sus voces para proclamar al unísono las palabras con las que el libro concluye y que evidencia el estado de ánimo con que cada uno de ellos afrontaba cada día el reto de vivir: "La verdad, la verdad, es que yo he nacido esta mañana".
Bibliografía:
Chaves Nogales, Manuel. "Juan Belmonte, Matador de Toros, su vida y sus hazañas". Alianza Editorial, Madrid, 1969.
Edición facsimilar de "Estampa", Ayuntamiento de Coria del Río, Sevilla, 1992.