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El comentario de Juan Antonio de Labra

Jueves, 28 Jun 2018    CDMX    Juan Antonio de Labra | Opinión   
...el desfalco podría ascender a unos 20 millones de pesos...
La grave crisis económica por la que atraviesa la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros es el resultado de una gestión abusiva que se aleja de la esencia del sindicato que fundaron Saturnino Bolio "Barana" y Román "El Chato" Guzmán hace 85 años, en julio de 1933.

El espíritu y la misión de esos toreros, que forjaron esta institución con sudor y sangre para beneficio de todos sus agremiados, parece ya muy lejana en el tiempo, así como esas otras épocas en que siempre se buscó el bien común de sus socios y dar un final digno a sus carreras.

Sin embargo, de unos 20 años a la fecha, el abuso de confianza, la malversación de fondos, y el desvío de recursos, han provocado un tremendo agujero financiero en las arcas de una institución que se encuentra en la ruina económica, y que ya se había demorado en investigar estos lamentables hechos.

Entre los señalados sobresale el nombre del picador Luis Miguel González, que "heredó" el cargo de Secretario General de manos de su padre, Benigno González Carmona a finales de los noventas, y ha estado varias veces en esa posición y también como tesorero.

Cabe recordar que hasta hace un par de décadas, las finanzas de la Unión eran inmejorables, pues se contaba con recursos que ascendían a más de diez millones de pesos, cifra que permitía pagar fondos de retiro a los que así lo solicitaban tras cumplir con las obligaciones de sus estatutos, y además servía para atender debidamente a los heridos.

En cambio, ahora se calcula que el desfalco que ha sufrido la institución, podría ascender a unos 20 millones de pesos. Se trata de una suma muy elevada que ha impedido a varios de sus miembros, los de mayor antigüedad, recibir el dinero que les corresponde por concepto de jubilación, que en la actualidad se trata de 420 mil pesos.

La última vez que se entregó un fondo de retiro completo fue hace unos seis años, cuando Beto Preciado Meléndez decidió poner fin a su brillante trayectoria en los ruedos. Y desde entonces sólo se han podido entregar algunas parcialidades a socios como Alfredo Acosta o Carmelo Sánchez.

Otros muchos están en esa incierta lista de espera, con el deseo de que las cuentas se esclarezcan y puedan gozar de ese derecho construido, en algunos casos, luego de más de 40 años de esfuerzo, respeto y amor a su riesgosa profesión.

Ahí están toreros de a pie o caballo de gran valía tales como Francisco Acosta "Paquiro", Ricardo Morales, Ángel Martín González, Carlos Sánchez Torreblanca, Nacho y Gabriel Meléndez o David Vázquez, todos a la expectativa de que se resuelva esta desesperante problemática que, por desgracia, se dejo crecer hasta llegar a un punto que ha hecho de la Unión un sindicato insostenible.

Ojalá que la lección les haya dejado una sabia moraleja, sobre todo a los subalternos más jóvenes. Es tiempo de limpiar la casa e implementar una estrategia de recuperación económica a mediano plazo, en la que se incluya un replanteamiento de la honorabilidad de quienes manejan las arcas de la agrupación. Por el bien de todos.


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