"Por fortuna no pasó a mayores y le damos gracias a Dios. Nunca había pasado tanto miedo en una plaza de toros o sentido tal impotencia, la verdad. Mi papá está mejor y se ha tomado este accidente con muy buena actitud y sé que sanará pronto. Tiene una paliza tremenda y varios varetazos impresionantes en el pecho, pero por fortuna no necesito hospitalización", comentó Gallardo.

El percance sucedió cuando el toro golpeó las tablas y se metió entre el burladero, adonde Luis había tratado de refugiarse en virtud de lo destartalado de las instalaciones con las que estaba montada la plaza. Su función en el callejón atendía a que se encarga de apoderar, conjuntamente con su hijo, al novillero Pablo Vite, que toreó en dicho festejo.

"Cuando vimos las pésimas condiciones en las que estaba montada la plaza, le dije a mi padre que se colocara cerca de una tronera de un burladero, por la parte interior del callejón, por si acaso saltaba un toro. Y mira por dónde que al final este ejemplar terminó rematando con fuerza en el buraldero y aflojó las tablas de tal forma, que se pasó por detrás del burladero formando ese desaguisado con la mala fortuna de haberse encontrado con mi padre, al que empitonó hasta sacarlo de ahí hasta el ruedo", afirmó Luis.

Luis Gallardo fue atendido por el equipo médico del doctor Chong, que es un reconocido especialista del Hospital General de Pachuca. El encargado de hacer el quite y colear al toro de Barralva fue Juan Carlos San Román, padre de la matadora Paola.

Sirva este hecho para hacer un llamado a las autoridades municipales y de Protección Civil de los pueblos para que revisen con detalle las instalaciones de las plazas portátiles, a fin de garantizar la seguridad del público asistente y de las personas que trabajan en el callejón.