La actuación de Joselito Adame en la plaza de Las Ventas de Madrid generó diversas reacciones por parte de los cronistas de los principales medios, mismas que se agrupan en la siguiente información para tener una visión más clara de lo que se redactó sobre el torero mexicano.
Zabala de la Serna (El Mundo):
"El toro de Gallardo había atacado en banderillas con dos velocidades. Cuando sentía cerca la presa, metía la quinta. Su potencia se movía en la frontera de la casta y el genio. A Joselito Adame le exigió mucho. Todo por abajo. En cuanto lo soltaba, el toro se violentaba atroz. Por arriba o a media altura no quería nada. El esfuerzo de curtido oficio de Adame no sólo no fue reconocido, sino que además se le censuró en ocasiones la colocación. Exigencia en los tendidos y en el ruedo. La estocada en los blandos terminó por decantar los tendidos a favor del fuenteymbro.
"Descabalgó el aleonado cuarto por dos veces a César Morales. Y derribó también al piquero que guardaba puerta. Tal era el ímpetu. El toro quedó muy entero. Entero y revoltoso. Se revolvía y soltaba la cara. En una serie, como un islote, pareció tomar los vuelos en orden. Un espejismo. La solvencia del maltratado mexicano no colmó y de nuevo se le afeó el uso defectuoso de la espada".
Patricia Navarro (La Razón):
"Otro toro encastado inauguró la tarde. De esos que despiertan en el tendido el respeto por la fiereza y la dificultad. No hay lugar a la compasión con esa plenitud del animal. El bravo en su apogeo. Y todas las dificultades que eso implica. Se acostaba por el derecho y se abría más por el zurdo. Fue la faena de Joselito Adame correcta, pero sin romper. No acabó de gobernar las arrancadas del toro y en este tipo de animales las medianías no dan con el camino del éxito y pesan más las complicaciones.
"Poderoso estuvo con un cuarto al que bajó los malos humos en la primera tanda por el derecho. No fue astado agradecido de cara al público, pero tenía muchas cosas buenas. Entre ellas que descolgaba de verdad, por el diestro, no demasiado largo pero ponía la cara muy bien. La espada tampoco fue".
Antonio Lorca (El País):
"Hubo otro toro de premio, el primero, pero su matador, Joselito Adame, no atraviesa un momento artístico destacable. Muchos muletazos, y no dijo nada. Parece como si estuviera desaprendiendo el oficio. El público ni lo abroncó. Mal asunto.
Andrés Amorós (ABC):
"El primero embiste con casta pero algo brusco. Los gritos de algunos paisanos animan a Joselito Adame pero la faena es desigual, levanta división de opiniones, y mata mal. El público se ha puesto de parte del toro. El cuarto le busca las vueltas a los caballos de picar y derriba tres veces: ¡un toro listo! Queda casi sin picar. (En los dos, luce su majeza, al banderillear, Fernando Sánchez). Metiéndose en su terreno, Adame le saca algunos muletazos pero no redondea la faena y pincha mal, entrando de lejos".
Gonzalo Bienvenida (Aplausos):
"´Holgazán´ abrió la corrida de Fuente Ymbro. Serio, alto de manos, montado en su expresión. Joselito Adame lo paró con oficio, preocupándose por enseñar al toro, que no terminaba de descolgar. La embestida simple del principio se transformó en transmisión en las manos de Miguel Martín, que lo ahormó durante la brega. Antes, un quite por tafalleras con tanta actitud como desorden de Román. La réplica de Adame por chicuelinas tuvo torería, especialmente en la media de remate.
"La movilidad de ´Holgazán´ permitió a Adame lucirse en las primeras tandas. Un derrote al final del muletazo deslucía el buen primer tramo. Con la izquierda hubo naturales acompasados, echándose el toro detrás. Sin embargo, cuando la movilidad inicial se agotó los tendidos reprocharon a Adame su colocación. La faena fue de más a menos. La estocada cayó desprendida. Silencio
"El cuarto de la tarde fue otro buen toro de hechuras, con su hondura, seriedad y cerrando la cara también. En aprietos puso constantemente a las cuadrillas desde que salió. La serenidad de Joselito Adame templó al toro y a su cuadrilla, que se vio desbordada: Manuel José Bernal y Morales fueron derribados, el primero en dos ocasiones, en sus respectivos encuentros con el toro.
"En banderillas también complicó las cosas a Miguel Martín. En la muleta fue distinto, bajó con el poder de la muleta de Adame, que atinó en toques y colocación. El toro respondió colocando con humillación pero le costaba salirse de los vuelos. Silencio tras pinchazo y estocada".