Anectodario de Giraldés: Flor de un día
Viernes, 07 Jul 2017
Tijuana, B.C.
Valeriano Salceda "Giraldés" | Opinión
...Con la experiencia que dan los años, Camará, sin molestarse...
La historia del toreo registra casos de toreros que habiendo triunfado clamorosamente en una plaza importante, contra todo lo esperado, fueron "del montón", como se dice coloquialmente. Uno de los sucesos más recordados por los viejos aficionados de Sevilla es el de Francisco Sánchez "Frasquito".
En agosto de 1947, al morir Manuel Rodríguez "Manolete", el toreo se quedó sin la figura más grande de aquella época. El 4 de abril de 1948, en la primera novillada de la Feria de Sevilla, un desconocido, apodado Frasquito, hizo una faena de tal modo extraordinaria, que muchos aficionados vieron en él al posible sucesor de ¡Manolete!
Juan Belmonte, al comentar la faena de Frasquito, dijo: "Éste muchacho empieza por donde terminó Manolete".
José Flores "Camará" había sido el apoderado de Manolete, y después de la muerte de su torero, estuvo temporalmente alejado de la Fiesta. Aunque vivía en Sevilla, no asistió a La Maestranza la tarde del colosal triunfo de Frasquito.
Terminada aquella novillada, un mozo de espadas apellidado Pavón, a quien Camará le tenía mucha confianza y le encargaba asuntos delicados, llegó a casa del famoso apoderado con la siguiente noticia:
"Don José -le dijo Pavón todavía emocionado-, no se vaya usted a molestar por lo que voy a decir, pues ya se lo dirán también otros: hoy ha salido un muchacho que torea con la misma línea que toreaba Manolete, pero quizá… ¿cómo le diré?... quizá todavía mejor".
Con la experiencia que dan los años, Camará, sin molestarse, se limitó a contestarle a Pavón: "Tú sabes de esto, y supongo que deberá haber estado enorme ese muchacho para que todavía estés emocionado… veremos si es capaz de seguir toreando como lo ha hecho hoy y terminada toreando como terminó haciéndolo Manolo".
Después de su apoteosis en Sevilla, Frasquito fue a torear a Córdoba y sufrió una cornada muy grande y grave. Reapareció en Bilbao y… le pegaron otra cornada más grave. Fue el principio de su fin. Y como siempre ha sucedido en el mundo de los toros, quienes echaron las campanas al vuelo por Frasquito… ¡derribaron e campanario.
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