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Tauromaquia: Un francés toma Las Ventas

Lunes, 03 Oct 2016    Puebla, Pue.    Horacio Reiba | Opinión   
La columna de este martes
El martes pasado, el Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid puso fin al proceso de licitación de la plaza de Las Ventas al dictar veredicto sobre la empresa que habrá de administrar la catedral del toreo mundial durante los próximos cuatro años, a contar desde el 1 de enero de 2017.

Las plicas con las dos ofertas mejores se conocían desde el jueves anterior, y mientras la de Taurodelta-Global Gudea (con el mexicano Alberto Bailleres asociado a la empresa actual) simplemente se ajustaba al pliego impuesto por la Comunidad, la vencedora Simón Casas-Nautilia excedió ampliamente los requisitos del mismo, mediante un proyecto mucho más audaz e imaginativo que el de los Choperitas-Bailleres, inclusive sobrepasando por 700 mil euros el canon mínimo exigido por la Comunidad propietaria del coso, que era de 2 millones 100 mil.

Nautilia, empresa de viajes, tiene su presidente formal en la persona de Rafael García Garrido, y en tanto empresa taurina cuenta con la asesoría de Curro Vázquez, pero el alma de la organización vencedora es sin duda el taurino francés Simón Casas, que a lo largo de su vida se ha distinguido por su fértil creatividad y probada capacidad negociadora. Primero en su país y más tarde en España, ha sido durante años un poderoso revulsivo con base en programaciones realmente novedosas; Tuvo participación –si bien minoritaria– en la actual empresa madrileña, pero es hasta ahora cuando consigue coronar su añejo propósito de liderar la organización taurina desde la cúpula más elevada.

Fascinante personalidad

Pero Bernard Simón Domb (Nimes, 1947) no limita su expediente a la organización de ferias y festejos taurinos, urdidos casi siempre con singular acierto. De aspirante sin horizontes e incluso espontáneo en cosos de su país natal pasó a maletilla en el Madrid de los años 60 y logró tomar la alternativa (Nimes, 17 de mayo de 1975), aunque ese mismo día se cortó la coleta, extrañamente consciente a sus limitaciones. Éstas, en cambio, prácticamente no han existido en cuanto su despierta mente de negociante y organizador entra en actividad; en tales circunstancias es capaz de detectar las características del público específico de cada localidad donde hace empresa, e inventarse una oferta ad hoc, que puede incluir dos corridas el mismo día o el anuncio de alguna de las contadísimas que accede a torear José Tomás. Así, con pocas excepciones, consiguió hilvanar un éxito tras otro, como promotor e incluso como apoderado, faceta ésta que abandonó hace tiempo, persuadido de que no se puede repicar y andar en la procesión.

Su primera declaración pública, ya como timonel de los destinos de la primera plaza del mundo, se cifra en la promesa de potenciar la feria de San Isidro con mayoría de carteles a base de figuras –en los últimos años no pasaban de 7-8, perdidos en el tráfago de treinta y tantos festejos consecutivos–, en mejorar sustancialmente la devaluada cartelería veraniega, y en urdir una feria de otoño dividida en dos capítulos, torista el primero y con combinaciones fuertes el segundo, al cual pretende incorporar a lo más selecto del escalafón, revirtiendo la tendencia de los ases a eludir compromisos importantes en la fase final del año. En cuanto a la elección del ganado, promete incrementar los veedores.

Como es bien sabido que los proyectos de Simón Casas rezuman imaginación y audacia, que nadie se sorprenda si de repente decide anunciar festejos a la portuguesa o al estilo de Las Landas, corridas concurso con matadores de distintas nacionalidades o importar encierros de divisas franceses, portuguesas o de ultramar. Eso por no hablar de sus planes colaterales, ya culturales, ya académicos o museísticos, que sirvan para enriquecer la oferta ya existente y las actividades de la escuela taurina de Madrid, figuras todas que recaen dentro del área de responsabilidades de la empresa de Las Ventas.

Como Simón Casas ha procurado destacar siempre el carácter internacional de la fiesta de toros, es de esperar que entre los carteles rematados que promete incluya a diestros mexicanos –allí están los Adame–, y no todo vaya a quedar en casa, como suele ocurrir.

Temporada de novilladas

El estreno de la nueva empresa capitalina ha contado, al menos, con cierto respaldo del público, que el domingo anterior tuvo que lidiar con las intemperancias de los antitaurinos, que esta vez no solamente hostilizaron a los aficionados en las inmediaciones del coso, sino llevaron su bravuconería hasta el graderío, menudeando en insultos y provocaciones, al parecer comandados por alguna diputada del Verde "Ecologista" –los de la vuelta a la pena de muerte y la venta en retazos del país, incluidos manglares, arrecifes coralíferos, masivos permisos para explotación minera y demás–.
A tanto llegaron sus insultos que la policía tuvo que intervenir para desalojarlos. Y  al paseo de cuadrillas lo siguió un copioso contingente infantil en apoyo de la Fiesta, pues como es sabido, uno de los objetivos de los politicastros es prohibir la asistencia a las plazas de menores de edad, no vaya a ser que la vista de las atrocidades que allí se perpetran los pervierta para siempre. Pobre país.

Pero en fin, hasta la fecha se han verificado cuatro festejos menores. Muy menores, en realidad, ya que se trata de novilladas sin caballos. No es que este detalle rebaje por sí mismo la categoría de una plaza que alguna vez fue la primera de América, pues tal género de eventos se suelen programar también en Sevilla o en Madrid sin que nadie se asuste por ello; lo que sí no ocurre por allá es que se les incluya dentro de la parte formal  de la temporada, como es aquí el caso. Claro está que en tiempos de penuria extrema cualquier recurso vale, y esa es, posiblemente, la razón de la manga ancha delegacional para con la nueva administración de la México. Queremos creerlo así, que estas licencias son una excepción amable y que, en lo sucesivo, la autoridad capitalina se manejará con el reglamento en la mano, sin el cúmulo de concesiones a la autorregulación que han hundido la Fiesta en la capital. Porque de complicidades impunes está harta la afición.

Por lo demás, las primeras novilladas sin picadores han confirmado al menos tres cosas: 1) que como corresponde a una etapa decadente de la Fiesta en México, cuesta un riñón dar con aspirantes a toreros merecedores de una oportunidad en la gran cazuela; y los pocos que hay acusan irremediablemente la falta de rodaje y oficio, y más de uno, hasta de decisión y casta torera; 2) que la maldición del post toro de lidia mexicano alcanza ya incluso a los utreros, vista la proporción de ellos que, pese a no ser picados, han acusado debilidad y ausencia de acometividad y raza; y 3) que, pese a todo, México sigue siendo tierra de toreros, y que los prospectos brotan aquí como agua de manantial, por precario que sea actualmente ese frujo

 Así, hemos podido comprobar ilusionantes posibilidades en jóvenes como Miguel Aguilar, Isaac Fonseca –los dos que han cortado oreja–, Ricardo de Santiago y, sobre todo, Juan Pedro Llaguno: cada uno tiene algo qué decir, aunque para que se desarrollen tendrían que contar con el apoyo de ésta y otras empresas.

Podría agregarse a las aseveraciones anteriores una gruesa interrogación sobre la necesidad de recurrir a novilleros importados  –¡ocho, nada menos!–, ninguno de los cuales había dejado hasta el domingo anterior huella digna de señalarse. ¿Realmente estará tan pobre la cantera nacional como para abrir las puertas de la Monumental a quiénes ni en su tierra ni en la nuestra han demostrado poseer mayores atributos?

Homenaje a El Pana en Francia

En consonancia con lo comentado aquí hace poco, el olvido y abandono en que México tiene la memoria de Rodolfo Rodríguez contrasta con el respeto que la figura del mítico Brujo de Apizaco continúa despertando en otros rincones del planeta taurino.  Para no ir más lejos –o sí– en Francia se anuncia ya un festival dedicado al desaparecido diestro tlaxcalteca. Será en las cercanías de Nimes, donde se encuentra la localidad de Saint Laurent d´Aigouze, en cuyo coso partirán plaza el 15 de octubre próximo los franceses Robert Piles y Patrick Varin, el español Carlos Escolar "Frascuelo", y nuestros paisanos –menos mal– Arturo Macías y Michelito Lagravere, para despachar novillos de Patrick Laugier y Pages Mailhan.

Que la llama de El Pana continúe crepitando en el ánimo de la afición gala es dato harto significativo. Y aleccionador, por lo demás. Porque aquí, que se sepa, nadie ha tenido la iniciativa de organizar festejo taurino alguno en su memoria.  O a beneficio de su madre, por ejemplo.


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