Opinión: Un acontecimiento nacional
Domingo, 31 Ene 2016
México, D.F.
Juan Antonio de Labra | Foto: JAL
Después de seis años, José Tomás regresa a La México
La expectación por la corrida de este domingo en la Plaza México ha desbordado a la historia, pues cuentan los aficionados más viejos que tan sólo es equiparable a la que provocó Manolete la tarde de su confirmación de alternativa en la desaparecida plaza "El Toreo" de la Condesa, por allá de diciembre de 1945.
El ambientazo que se vive es casi indescriptible para el mano a mano entre José Tomás y Joselito Adame de hoy, y la llegada de aficionados de distintos puntos del mundo es notoria. Los hoteles bullen de emoción, la gente está sumamente entusiasmada, y se percibe la gran derrama económica en la recién nombrada Ciudad de México.
Nadie se quiere perder la reaparición de José Tomás en el coso de Insurgentes después de seis años de ausencia. El de Galapagar actuará mano a mano con Joselito Adame para lidiar toros de Fernando de la Mora y Los Encinos, a partir de las 16:30 horas.
Y será la séptima corrida de toros de José Tomás en este escenario (y la vigesimoséptima en el país), aquí donde tomó la alternativa hace 20 años, el 10 de diciembre de 1995, y donde se dejó retransmitir por última vez en directo, en la inauguración de la Temporada Grande de 2007, el año en que volvió a los toros.
Así que esta corrida tiene carácter de acontecimiento taurino nacional, y también social, de grandes dimensiones, porque ha generado una reventa histórica, tanto por el precio que han alcanzado las entradas en la calle, así como por el volumen de una plaza capaz de albergar a 42 mil espectadores, que el próximo viernes cumplirá 70 años de haber sido inaugurada por el propio Manolete.
De esta angustiosa vorágine provocada por la reventa, que han llevado a algunos a adquirir una barrera de primera fila de sombra en 100 mil pesos (unos 5 mil euros), hasta aquellos deseperados que han pagado mil 200 pesos (unos 60 euros) por una entrada de sol general, a casi 40 metros por encima del nivel del ruedo, el misterio que envuelve a José Tomás sobrepasa cualquier expectativa.
Y el torero madrileño enfrentará a Joselito Adame en plenitud de facultades, porque está en el ánimo de la gente, convertido ya en la primera figura azteca, y que atraviesa el momento más importante de su carrera.
Esta será la segunda vez que ambos harán el paseíllo juntos luego de la lejana tarde del 16 de septiembre de 2007, en que alternaron en el anfiteatro romano de Nimes, donde Adame cortó cuatro orejas y salió a hombros al lado de este mito viviente llamado José Tomás.
En las últimas semanas, mientras Joselito continúa arrasando en todas las plazas, José Tomás se prepara en el campo bravo mexicano, siguiendo ese instinto silencioso en las fincas de sus amigos ganaderos, ahí donde está prohibido hacer fotos o vídeos que desvelen esta recia filosofía del asceta del toreo.
Y al paso de las semanas, al fin sobresale en el calendario una marca en el domingo 31 de enero, la fecha clave en la que el mundo del toro gravitará alrededor de un mano a mano que tiene visos de ser histórico, por el bien de la fiesta de los toros en tiempos de reiterados ataques antitaurinos.
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