El diestro Arturo Macías fue el protagonista de las XV Jornadas Taurinas Norteamericanas, llevadas a cabo del 22 al 24 de enero en la ciudad de Chicago, Illinois, Estados Unidos, convirtiéndose en el primer torero mexicano en recibir esta la invitación, ya que en anteriores ocasiones sólo se habían presentado espadas españoles.

El reconocido Club Taurino de Chicago Tauromachy organizó las jornadas, celebradas en el auditorio del Instituto Cervantes, en Chicago, donde se dio cita un amplio número de aficionados. Arturo Macías expresó lo siguiente:

“Es un honor tener la oportunidad de estar con ustedes, aficionados conocedores, reconocidos internacionalmente, que a pesar de estar lejos de las tierras taurinas, llevan muy cerquita del alma a la fiesta brava. Que importante es que la tauromaquia cruce fronteras y llegue a calar tan hondo, que las distancias no sean obstáculo para disfrutar de la más hermosa de las fiestas.  Estoy muy contento y orgulloso de ser el primer espada mexicano es estar presente en estas Jornadas Taurinas Norteamericanas, es una distinción enorme que me hayan invitado, muchas gracias por ello.”

Asimismo, dijo: “Venir desde mi Aguascalientes a ser parte de este importante evento, es como cortar las orejas y el rabo, es sentirme como un embajador del arte, ese mismo arte que nos hermana, porque mi nación es una plaza de toros y una muleta mi bandera, así que ustedes y yo tenemos la misma nacionalidad.”

Posteriormente, Macías protagonizó una amena charla sobre su carrera moderada por los periodistas hidrocálidos Sol Sánchez, miembro del Club Taurino de Chicago, y Adrián Sánchez, también invitado para impartir una conferencia en dicho evento. Macías relató el cómo se inició dentro de los ruedos, sus triunfos y cornadas, sus ocho puertas grandes en La México, y lo que le motiva por seguir jugándose la vida en los ruedos.

Luego, el matador hidrocálido realizó una dinámica interesante con los aficionados, tomó los trastos explicó el "abc del toreo" e hizo un poco de historia de la tauromaquia; no faltó el aficionado que quiso embestirle y los olés no se hicieron esperar.