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Espectro taurino: Con solvencia de figura

Sábado, 25 Oct 2014    México, D.F.    Jorge Raúl Nacif | Opinión   
El espacio de cada sábado

Con mucho interés seguimos la encerrona de Joselito Adame el pasado domingo en Pachuca, gesta que saldó con solvencia de figura del toreo y que engloba muchos aspectos para el análisis y la reflexión, en el marco de una variada diversidad de opiniones.

Ni duda cabe que el festejo en la "Vicente Segura", coso que registró una estupenda entrada, cuenta con gran cantidad de matices. De entrada, saltó a la vista la capacidad de Joselito para matar seis toros en una tarde y no notarse disminuido ni física ni mentalmente, lo que habla de su envidiable sitio.

El hidrocálido, siempre despejado de ideas y con la cabeza clara, resolvió la situación con maestría, si cabe la expresión, entendiendo la lidia que requerían cada uno de los seis toros, ejemplares de seis diferentes hierros, algunos de variados encastes y, por supuesto, muy diverso comportamiento.

En ocasiones no se valora el esfuerzo que hace un torero en matar seis toros en una misma tarde. No es "enchílame otra", como se dice por ahí, y eso ya tiene un mérito que ni siquiera ponderan algunos de esos "neoaficionados" que juzgan y sentencian con pasmosa facilidad.

Fue ante el toro de Montecristo, un ejemplar con clase, cuando Adame logró romperse con mayor profundidad y cuajó los mejores trazos de la tarde. Con el de Xajay, el toro que transmitió mayor emoción, se fajó y echó mano de sus recursos para estructurar una faena emotiva que derivó en el triunfo más rotundo del festejo.

Y ante los toros que no le pusieron fácil el tema, Joselito anduvo resolutivo. Quisiéramos destacar esa capacidad para sacarle pases al llamado "toro medio", ante el que la inmensa mayoría de los espadas pasan desapercibidos, una cualidad que, entre otras, hacen que el hidrocálido ocupe un sitio ya de privilegio entre los espadas mexicanos.

José es un torero que, con la base de una técnica bien desarrollada y una serie de recursos que aplica con inteligencia en su expresión, es capaz de sacarle partido a un alto número de toros; al bueno, al malo, y al regular, y con un torero que poco a poco se nota con mayor hondura, que es lo que deja huella en los aficionados más allá del número de orejas.

Es, sin duda, un torero muy importante, una figura mexicana desde nuestro punto de vista. No cualquier matador azteca toca pelo en Las Ventas de Madrid, en Sevilla, Santander o en Bilbao, plazas donde, además, lidió bureles de impresionante trapío y que no fueron fáciles. No cualquier matador americano puede hacer una campaña de 30 corridas del otro lado del Atlántico.

Pero sobre todo, no cualquiera tiene esa humildad que hace grande a los seres humanos, pues Adame se mantiene con los pies en el suelo, no como tantos que se "marean en un ladrillo" cuando cortan una orejilla en algún coso de mediana categoría. Ojalá los públicos se lo vayan reconociendo así.

Mañana en Guadalajara será el mano a mano con Zotoluco, un cartel que reviste su interés y en el que se confrontará la veteranía con la juventud, pero sobre todo, el encuentro de dos toreros que, entre otros por supuesto, ponen y han puesto en alto a la tauromaquia mexicana.



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