Efemérides: El debut de Juan José Padilla
Miércoles, 17 Sep 2014
México, D.F.
Jorge Raúl Nacif | Foto: Juan Pelegrín | las-ventas.com
Se presentó con caballos hace 25 años
Un día como hoy, 17 de septiembre, pero hace 25 años, debutó como novillero con picadores el diestro jerezano Juan José Padilla, el inicio de una prometedora carrera que se consolidó con el paso del tiempo para llegar a ser un torero importante, con momentos de gloria y otros tantos de drama y dificultades.
Aquella tarde de 1989, un muy joven Juan José se enfundó en un vestido palo de rosa y plata para partir plaza en su ciudad, Jerez de la Frontera, acartelado con Martín Pareja Obregón y Chamaco, en la lidia de una novillada de la ganadería de El Torreón.
Padilla contaba apenas con 16 años de edad, pues nació el 23 de mayo de 1973. El jerezano llegó a este debut con caballos luego de su etapa como becerrista, tiempos en los que era conocido como "Panaderito de Jérez", pues Juan José abrazaba el oficio de panadero.
Tan sólo un año después de su debut, se presentó en Las Ventas de Madrid. Este hecho tuvo verificativo el día 13 de julio de 1990, apenas un año después, ante un encierro de Los Bayones.
Tras su etapa novilleril, el 18 de junio de 1994 tomó la alternativa, doctorado del que hace tres meses se cumplieron 20 años. Este acontecimiento fue en la plaza de Algeciras, de manos de Pedro Castillo y bajo el testimonio del Niño de la Taurina. con toros de Benítez Cubero.
Juan José ratificó el doctorado en el coso de la calle de Alcalá, Las Ventas de Madrid, el 10 de septiembre de 1995, llevando como padrino al maestro Frascuelo y por testigo a Juan Carlos Vera, en la lidia de un encierro de Marqués de Albaserrada.
Ratificó en la Plaza México el 4 de noviembre de 2001; le confirmó Manolo Mejía y el testigo fue Uriel Moreno "El Zapata". Los toros pertenecieron a la ganadería de Rancho Seco y Padilla pudo tumbarle una oreja a su segundo ejemplar, con el que emocionó a los tendidos.
Desde sus inicios, y fiel a un concepto, la espectacularidad ciclónica de su tauromaquia le granjeó triunfos, pero siempre fue un torero muy castigado por los toros. De entre tantos percances, sin duda el que cambió su vida fue el de Zaragoza, en 2011, a raíz del cual perdió el ojo izquierdo.
A partir de ese momento, y tras un rápido y por lo mismo inesperado regreso a los ruedos, ha tenido la oportunidad de sumar fechas a lado de las figuras de una forma más consistente.
Aquel novillero que hace 25 años debutaba con los del castoreño, hoy es uno de los toreros líderes del escalafón europeo y pieza indiscutible en la confección de carteles de prácticamente todas las ferias y temporadas en el planeta de los toros, además de ser un ejemplo de pasión y superación personal.
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