Con más de 40 minutos de retraso se llevó a cabo en la plaza de toros “La Victoria”, de Fresnillo, la cuarta fecha del Gran Premio Nacional de Escuelas Taurinas "Centenario de la Batalla de Zacatecas", ante una plaza que registró un cuarto de entrada, siendo el triunfador del festejo Jesús Torres "Jesusín", quien cortó la única oreja no obstante que señaló varios pinchazos.
El festival dio inicio con la actuación de Jorge Landeros "El Charro", alumno de la Escuela de Arte y Cultura Taurina del Estado de Zacatecas, y quien hacía su debut.
Landeros lidió un eral de la ganadería de Sergio Rojas, el cual fue bueno en términos generales, con nobleza y recorrido, al cual el becerrista saludó con farol de rodillas para después lancear a la verónica rematando con vistosa revolera. En el segundo tercio compartió con el becerrista Ángel Escobedo y el novillero Edgar Badillo, luciendo Landeros con un par al violín en el que tuvo valor, además de que fue buena la ejecución.
Brindó su labor al presidente municipal Benjamín Medrano, quien siempre ha sido un gran impulsor de la fiesta brava; Landeros comenzó su labor muleteril doblándose con el eral que tuvo calidad y con el que pudo dibujarse en momentos, cuando encontró el sitio y la distancia, pues le faltó alargar más el trazo y aprovechar así el recorrido del de Sergio Rojas.
En este su debut también faltó confiarse, será cuestión del tiempo y de estar más delante de la cara de los toros para que pueda seguir creciendo y encontrándose como torero, pero sí queda constancia de su voluntad y esas ganas de querer ser. Mató al tercer viaje para ser ovacionado.
El segundo de la tarde, un eral colorado de la dehesa de Sergio Rojas, y que llevó por nombre "Centenario", correspondió al joven Sebastián Ibelles, alumno de la Escuela Taurina Potosina, quien saludó de manera breve con el percal debido a que el eral se acalambró, y no pudo ser picado debido a que no había llegado hasta este momento la cuadra de caballos de pica, por lo que de inmediato se procedió al segundo tercio, mismo que fue ejecutado por Ángel Escobedo, y el novillero Edgar Badillo, siendo buenos los palitroques que colocaron.
Ibelles brindó su faena al matador de toros Rafael Gil "Rafaelillo", flamante Director Artístico de la EACTEZ; en su labor mostró solvencia el joven potosino que supo resolver la papeleta, dando la distancia y el toque preciso, y mostrando que tiene cualidades, todo pudo ir a más de haber sido picado el eral que no terminó por romper, escuchó palmas tras fallar con la espada.
A Jesús Torres "Jesusín" le correspondió lidiar al primer novillo de la tarde, de la ganadería de José Julián Llaguno con el que se dibujó de buena manera con el percal saludando con el lance natural por excelencia para después de ser picado el novillo adornarse con un quite por chicuelinas, teniendo también la oportunidad de ejecutar un quite la novillera zacatecana Gloria Emma García, quien también forma parte de las filas de la EACTEZ.
Jesusín supo agradar al respetable fresnillense con su labor muleteril que brindó al presidente municipal Benjamín Medrano, pues el novillo tuvo potabilidad y pudo dibujarse con muletazos de calidad, aunque asilados pero una labor solvente, con la espada coronó su actuación llevándose la primera y única oreja del festejo.
Por su parte, José María Mendoza, alumno de la Escuela Taurina "Alfredo Acosta", demostró mucha clase desde su saludo con el capote pues por verónicas lanceó con despaciosidad, llegando también a la muleta con una faena estructurada en la que sobresalieron los detalles, y ese toque artístico que supo imprimir a su labor, una lástima no haya tenido suerte con el acero, perdiendo la posibilidad de cortar una oreja, quedando su actuación en una merecida vuelta al ruedo.
El quinto del festejo, y tercer novillo del hierro de José Julián Llaguno, correspondió en suerte al fresnillense Juan Francisco Martínez "El Papo", que de salida abrió con un farol de rodillas para después torear a la verónica. El alumno de la EACTEZ brindó su labor al respetable frenillense y se mostró voluntarioso, sin embargo, faltó encontrar ese punto de equilibrio, dar el toque correcto, y entender a cabalidad las complicadas embestidas del novillo, la espada fue defectuosa y el novillo dobló por lo que no se le concedió trofeo alguno, dando una vuelta al ruedo.
Cerró el festejo José Luis Islas, que se anunció como alumno del matador José Luis Herros, y quien tuvo una dura prueba ante el novillo del hierro zacatecano, pasando dificultades y llevándose algunas volteretas sin mayores consecuencias, el capitalino tuvo voluntad en una faena esforzada, falló con el acero y escuchó palmas.