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Liber Taurus: Aniversario de la Plaza Quito

Viernes, 08 Mar 2013    Quito, Ecuador    Santiago Aguilar | Opinión   
La columna de este viernes

El pasado martes 5 de marzo, la Plaza Monumental de Toros Quito cumplió 53 años de su inauguración, efeméride que en esta ocasión estuvo cargada de nostalgia y preocupación. Nostalgia motivada por la decisión de cerrar las puertas del primer escenario del país para la realización de espectáculos taurinos y preocupación por el momento de extrema vulnerabilidad que vive la fiesta de los toros en el Ecuador a propósito del trámite de un grupo de proyectos de ley que supondrían el desmantelamiento de la industria taurina local.

El caso es que la Asamblea Nacional y el Municipio de Quito  gestionan normas e iniciativas cuyos artículos afectarían, en forma directa o indirecta, a las funciones taurinas. La legislatura avanza en el análisis del Proyecto de Ley de Protección de Animales y de la Ley Reformatoria del Código de la Niñez y de la Adolescencia; en tanto que el Cabildo analiza la Iniciativa Popular Normativa que busca la derogatoria de la Ordenanza Metropolitana 127 mediante la cual se viabiliza la realización de las corridas de toros en el Distrito, esta propuesta busca además la “prohibición de espectáculos públicos en los que se produzca estrés, sufrimiento, maltrato, tortura y muerte de animales”.

Los cuerpos legales se encuentran en diferente instancia de trámite, en los últimos días el conocimiento de estos asuntos fue privilegiado por los asambleístas que los incluyeron entre los temas de la agenda legislativa, se estima que una vez que se inauguré la nueva etapa de sesiones con la incorporación de los representantes ciudadanos electos el 17 de febrero, la asamblea agilitará su conocimiento.

Estas leyes más la Iniciativa Popular Normativa entregada al Municipio derivarían en la proscripción de espectáculos populares como las corridas de toros, las peleas de gallos, el rodeo montubio, el rodeo andino y los toros populares; se estima además que las disposiciones en proceso afectarían en forma directa a las actividades de los chagras, a las ganaderías comunitarias  y a las actividades productivas y turísticas vinculadas a estos amplios sectores.

Lo cierto es que la recordación de los 53 años de apertura de la Plaza de Toros Quito, encuentra a los actores taurinos atentos a las decisiones que en breve tomarán las instancias oficiales.

A propósito del aniversario cabe rememorar que el sábado 5 de marzo de 1960 fue el día que el "coso de Iñaquito", como se lo conocería en adelante, abrió sus puertas para materializar un "auténtico sueño de los quiteños" como refería la prensa de la época.

Quedó registrado en la historia el cartel de la tarde inaugural conformado por Luis Miguel Dominguín, la máxima figura de la época acompañado de Pepe Cáceres y Manolo Segura, lidiando toros nacionales de Santa Mónica y Chalupas, y mexicanos de La Punta. La primera feria constó de tres corridas el colombiano Cáceres cortó la primera oreja en la flamante arena y el español Segura recibió una medalla de oro con la imagen de la Virgen de la Merced como triunfador del ciclo.

En junio del mismo año se organizó otra corta serie de corridas, se presentaron  los espadas mexicanos Juan Silveti, Manuel Capetillo y Humberto Moro, los españoles Juan Bienvenida y Manolo Vásquez, el venezolano César Girón y el ecuatoriano Edgar Puente, que reaparecía en Quito.

La voluntad por aprovechar la nueva infraestructura taurina determinó que en diciembre se desarrolle otro grupo de tres festejos; Paco Camino, Rafael de Paula, Curro Romero, Diego Puerta, el ecuatoriano Manolo Cadena y el rejoneador Bernardino Landete dieron forma a los carteles.

Más de quinientas tardes de toros se han escenificado en el ruedo equinoccial, al tratar de ubicar en perspectiva histórica la importancia de la construcción y funcionamiento de la Plaza Monumental de Toros Quito debemos concluir que esta representa  el punto de inflexión en el recorrido temporal del evento taurino, su apertura supuso un giro trascendental en la estructura y sustancia del espectáculo, fue el dejar atrás una etapa romántica en la que el negocio se lo adelantaba con más afición que profesionalismo, fue dar paso a la construcción de otras plazas,  a la revolución de las ganaderías locales, a la promoción de los toreros  y al nacimiento jurídico de los organismos aglutinantes de los actores de la cosa taurina, es que con la nueva Plaza la fiesta de los toros en la ciudad y en el país adquirió en el último medio siglo su forma definitiva; sin embargo el proceso de cambio y evolución que abarca más de cuatro siglos, hoy por hoy, enfrenta un momento sensible, presente en los constantes ataques que sufre el aparato taurino ecuatoriano.

En es circunstancia la afición organizada lleva a cabo una lucha valiente y constante, dirigida a atajar embates y maniobras, y desde allí, intenta reconstituir la fiesta de los toros en el Ecuador.


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