Los matadores Fermín Rivera y Fernando Labastida estuvieron en la hacienda de Santa Bárbara La Cueva, en el municipio de San Juan del Río Querétaro, sitio en el que se asienta la ganadería de La Antigua, denominación que identifica desde hace cuarenta años la dehesa propiedad de Jorge de Haro.
 
En una larga faena campera los matadores potosinos probaron la bravura de 12 machos y seis vaquillas con buenos resultados, sobresaliendo la nota alta de un becerro colorado que correspondió encelar a cuerpo limpio a Fernando Labastida y el novillero portugués Paco Velázquez, que acompañó a los matadores en la jornada. De las vaquillas tentadas, a Fermín Rivera le tocó en suerte disfrutar de la calidad en la embestida de la primera y la quinta, con las que Fermín mostró el toreo reposado y de buen temple. A Fernando Labastida le correspondió la lidia de una sexta erala, que salió con bravura y raza. Fernando se hizo de ella, logró meterla en su muleta y hacer que la vaquilla justificara al ganadero la nota que merecía. En estricto apego a las jerarquías, le asignaron a Paquito firmar el colofón de cada una de las faenas.

La jornada se prolongó hasta bien entrada la tarde y al para finalizar, los toreros e invitados remataron en el fogón de la hacienda, donde disfrutaron de la merienda ofrecida por la familia del ganadero anfitrión.