La camioneta en la que viajaba la cuadrilla del matador Mario Aguilar, que venía de regreso a Aguascalientes, tras haber toreado ayer en Xalostoc, sufrió un aparatoso accidente a unos 18 kilómetros antes de llegar a la ciudad, y afortunadamente los ocupantes quedaron ilesos.

Mario no venía con su gente, pues se quedó en la Ciudad de México a arreglar unos asuntos personales. Los ocupantes del vehículo eran Cruz Prado, que iba al volante, así como Alejandro Prado, Felipe Kingston padre, Héctor Cobos y el periodista Diego Estrada, además de un amigo de Aguilar, de nombre Willbert.

El accidente se produjo más allá de la medianoche, cuando unos perros atravesaron la carretera, de tal forma que Cruz Prado tuvo que dar el llamado "volantazo", impactándose ante un árbol, que quedó derribado. El vehículo dio un giro y cruzó el otro sentido de la carretera, cayendo del otro lado del acotamiento.

Las camionetas de los matadores Fabián Barba y Arturo Macías, que transitaban algunos kilómetros detrás dado que también regresaban de torear en Xalostoc, fueron los primeros en percatarse del accidente, que era difícil de localizar pues, de primera, no se veía absolutamente nada pues el vehículo quedó fuera de la carretera y en el otro sentido.

Los que viajaban en estas camionetas dieron parte a las autoridades correspodientes. Por la magnitud del accidente, es realmente una grata noticia el hecho de que ninguno de los que viajaban haya resultado lesionado, más allá de las contusiones sufridas.

Un accidente como muchos otros que suceden en las carreteras y que nos lleva a la reflexión de los peligros que se pueden correr más allá del ruedo, cuando los toreros vuelven de noche a su lugar de origen.